Ni una sola cosquilla
Trama inverosímil, gags añejos, un protagonista sin carisma: todo atenta contra esta simple comedia.
Si no le suena la primera Héroe de centro comercial es porque aquí se editó directamente en DVD, sin pasar por los cines. En su país de origen fue un exitazo, por lo que, seis años después, Adam Sandler, su productor y amigo de Kevin James, que es el protagonista y coguionista, decidieron hacer la secuela. Y oops, sí se estrena en los cines argentinos.
Blart es un guardia de seguridad en un shopping que, tras la ridícula muerte de su madre, viaja con su hija adolescente (Raini Rodriguez, de la serie de Disney Austin & Ally) a una convención de guardias en un hotel en Las Vegas... Que un grupo de ladrones top planee robar la colección de obras de arte del hotel sin saber que allí habría cientos de agentes de seguridad, no sabríamos a quién achacárselo.
Lo que atenta contra el buen resultado de esta comedia simplona y de bajísimo vuelo es que no hay ni un rasgo de verosimilitud en la trama, los gags son añejos y el carisma de su protagonista brilla por su ausencia. Hay mucho más pretendido humor visual (caídas, golpes, persecuciones) que de diálogo -directamente los chistes no generan ni una mueca- y seguramente más producción que en la primera.
Pero a veces más es menos y esta película se ocupa de reflejarlo.