Film ideal para que los chicos vean con sus abuelos
Al centro de observaciones espaciales llega un pedido de auxilio enviado desde el Planeta Oscuro. Allá va el héroe intrépido, seguido en vivo por el telenoticiero de la tarde. Sorpresivamente, cae en una emboscada de seres amarillos. El sobrino lo ve por la tele y quiere volar en su ayuda. Más lógico, volará el hermano del héroe. Debe salvarlo y volver los dos juntos a casa. Más o menos así era el argumento de muchas historietas de anticipación de los años 50.
Y más o menos así es el esquema de la película que ahora vemos. Sólo que el Planeta Oscuro es nuestro Planeta Azul, los amarillos son terrestres que quieren destruir todos los demás rincones habitados de la galaxia, y los buenos son los alienígenas. Salvo tres de ellos que parecen alcahuetes de los malos. El panorama incluye alienígenas de otros lares, un general ambicioso, dos terrícolas amistosos, tres mujeres disímiles: la jefa soberbia, agresiva, la locutora enamorada, y la esposa, madre y ama de casa (cuidado con las amas de casa). También, un par de conflictos familiares necesarios para la parte sentimental y formativa de la historia, unas cuantas escenas de acción, persecusión y diversión, y varios homenajes y guiños.
Los chicos habrán de entretenerse con la acción y todo eso, y los abuelos, más que los padres, han de sonreir ante los guiños, que aluden a viejas películas carcelarias y de ciencia-ficción como "Llegaron de otro mundo" (escena del autocine), algún capítulo de "Viaje a las estrellas", los mitos colectivos del Area 51 y el incidente Roswell de 1947 que inauguró la paranoia americana por una supuesta invasión extraterrestre, la mentalidad también americana de guerra preventiva con su lema "nada más pacífico que un arma gigante", etcétera. Memorables, el cortometraje que da la bienvenida a los aliens capturados, el "plan de liberación asistida", la explicación sobre el "verdadero origen" de los celulares, buscadores, y hasta redes sociales, y un plano de homenaje al primer cine de Steven Spielberg, con un helicóptero irrumpiendo en pantalla detrás de los vehículos que transportan un secreto militar.
Cal Brunker, que hizo los storyboards de "Mi villano favorito" y otros conocidos, debuta como realizador con esta película. Lo ayudan la empresa canadiense de efectos visuales Rainmaker, unos cuantos chinos y latinos en el pelotón de dibujantes, y los guionistas de "La verdadera historia de Caperucita Roja" (aunque acá están menos locos e inesperadamente sensibleros). En resumen: para niños y abuelos.