Confieso que High Life es mi primera película de la directora francesa Claire Denis, y me ha dejado marcado. En su debut de habla inglesa y en la ciencia ficción, la afamada creadora de Bella Tarea, 35 rhums y Un bello sol interior se embarca en un oscuro viaje hacia el infinito de la mano de Robert Pattinson y su bebé, en unos de los exponentes de género más intrigantes y macabros de los últimos años. Todo aquel -como yo- que piense que el film sea una mirada directa hacia la condición humana en el vacío existencial del espacio estará más que equivocado y complacido con esta propuesta, que les escapa a los cánones previamente explorados.