Una mirada más edulcorada
Retratar la vida de Cristo no es tarea fácil si se tiene en cuenta que tantas películas abordaron el tema con mayor o menor suerte. Basta recordar el clásico Rey de Reyes (1969), que protagonizó Jeffrey Hunter, y que fue la cita obligada en Semana Santa con sus repeticiones en la pantalla chica; Jesús de Nazareth (1977), de Franco Zeffirelli con un Robert Powell que logró emocionar e identificar a Cristo con su rostro, y la polémica La pasión de Cristo (2004), dirigida por Mel Gibson y con Jim Caviezel en ese rol.
Ahora es el turno de Hijo de Dios (Son of God), la visión de Christopher Spencer, quien viene de realizar la miniserie La Biblia y sigue al pie de la letra la historia conocida por el público. Sin alejarse de lo tópicos que requiere una producción de estas características (aunque no tiene gran despliegue y las panorámicas no se ven reales), la película comienza con referencias vertiginosas a Noé, Adán y Eva, Moisés y Abraham a partir del relato de Pedro (Darwin Shaw).
El relato, basado en la miniserie La Biblia, cuenta con el actor portugués Diogo Morgado en el papel de Jesús y se desarrolla desde su origen humilde, sus enseñanzas y milagros hasta la persecucuón de Poncio Pilatos, la crucifixión y la resurrección final.
Si se la compara con La pasión de Cristo, ésta ofrece una mirada más edulcorada y educativa pensada para captar a mayor cantidad de espectadores, pero el resultado no deja de ser tibio en varios de sus tramos. La aparición de Jesús sobre las aguas está lograda, como así también la escena de la multiplicación de los peces, pero los romanos no son creíbles, especialmente el Poncio Pilatos encarnado por Greg Hicks.