Hipersomnia

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

El oscuro camino de los sueños.

El término hipersomnia acuña un trastorno del sueño que produce somnolencia profunda y extensa, ocasionando también repetidos intervalos de sueño diurno. Esto le sucede a Milena (Yamila Saud), una joven actriz, ambiciosa, que audiciona para una obra teatral en el que deberá interpretar el papel de una sufriente prostituta. Milena se entrega completamente al papel y, sin embargo, siempre pareciera que debe hacer algo más, su director Federico Del Pino (Gerardo Romano) le exige un mayor compromiso, y hasta la expone a extrañas situaciones de incómoda sensualidad. Debe lidiar con las complicaciones de su personaje, con un novio (Nazareno Casero) que no entiende esa atención full time; y para mayores problemas comienza a tener episodios de sueños muy vívidos. Cuando lee el texto de la obra; se duerme. Entra en personaje y cae rendida; y al hacerlo entra a otro espacio; es otra mujer, con otra historia y otro pasado, pero el mismo cuerpo. Una joven que, junto a otras, se encuentra secuestrada y es víctima de la trata de blanca. Milena ya no sabrá cuál es la verdad, o si todo es simplemente un sueño, o una pesadilla.

Así como con Naturaleza Muerta había un mensaje en contra del maltrato animal y el consumo de carne, en Hipersomnia – con guion en colaboración con Federico Rotstein, director de la reciente Terror 5 – las vejaciones sufridas por las víctimas de trata construyen un fuerte alegato en medio de una clásica estructura de género que terminará de configurarse con la placa informativa final.

Desde Sudor Frío de 2010, no habíamos tenido otra película que se asomara al terror, y tuviese la producción de quienes hacen cine de alta gama en estas tierras. Grieco utiliza inteligentemente esta posibilidad para conseguir una propuesta provocativa y altamente impresionable. Hipersomnia hace gala de un gran despliegue técnico en pos del dinamismo del montaje y la atracción de una fotografía que incomoda con los planos conseguidos. Sí, los más débiles alguna vez deberán mirar al costado de la pantalla.

Las chicas forman un grupo heterogéneo, cada una con personalidades diferentes, que se sienten obligadas a confiar entre ellas, a apoyarse para sobrevivir; pero también que desconfían de quién puede traicionar. Hay quienes están más “acostumbradas”, quienes ejercen una función de liderazgo, y quienes toman una actitud sumisa. Todas son posibles presas de una amenaza que en un comienzo es invisible, pero pronto tomará la peor de sus caras en un sádico ser – con alguna lograda reminiscencia a Leatherface – llamado El Jardinero, que disfruta de torturar a las jovencitas.

El ritmo nunca se detiene, estamos frente a una propuesta que muta constantemente, que se permite vetas de drama en medio de una historia que plantea el suspenso y el terror cercano al gore con sexualidad abierta y latente. En más de una ocasión el espectador se puede sentir desorientado, puede plantear hipótesis sobre lo que sucede, que luego quedarán desechadas. A la hora de atar los cabos, todo cobrará sentido dentro del terreno fantástico que desde el inicio conocemos.

Las referencias son palpables, podemos encontrarnos con algo de Sucker Punch, La doble vida de Verónica, La mosca en la ceniza, y Hostel; pero en ese combo prima una gran originalidad a la hora de resolver las escenas.

No hay dudas que Gabriel Grieco es uno de nuestros mejores exponentes en cuanto al cine de género, no les teme a las imágenes fuertes y jugadas, pero a la par maneja un sentido de lo popular que permite que esta propuesta pueda ser disfrutada por el público amplio.

En esta ocasión, además, se muestra como un sólido director de actores, manejando un elenco de varias personalidades con personajes difíciles, y todos en perfecta armonía.

Las labores interpretativas en general son correctas y compenetradas. De ese conjunto sorprenden Jimena Barón y Candela Vetrano por sus escenas intensas; y Vanesa Gonzáles entregando el personaje con más capas y despliegue emocional, siempre convincente. En el elenco “adulto”, hablar de la solvencia de Chucho Fernández y Daniel Valenzuela para este tipo de propuestas resulta redundante, ambos saben cómo meter miedo, conocen el género, y entregan lo mejor de cada uno, son las figuras que no pueden faltar. Peter Lanzani con un personaje lleno de sorpresas, y Fabiana Cantilo demostrando que puede ser una actriz muy competente, entregan también los mejores momentos de la propuesta.

Conclusión:
Hipersomnia es una propuesta cuidada, de valores estimables, y resultados más que óptimos. Para muchos de los que hace años “la pelean” desde el cine de género de modo independiente, puede ser el puntapié necesario para que las puertas de las grandes producciones finalmente se abran sin prejuicios. Tal como lo había hecho anteriormente, Grieco nos presenta una de las mejores propuestas de terror sin resignar el gusto por los localismos. Nos corresponde a nosotros, público, acompañar tamaña osadía.