La mirada inocente
El cine cordobés viene pisando fuerte, tras el estreno de De Caravana (2010), el jueves pasado, llega a los cines la épica Hipólito (2010, ópera prima de Teodoro Ciampagna cuya trama se articula como un thriller político.
Hipólito, cuya producción demandó cinco años, está ambientada a mediados de los años '30 tras el golpe de Estado que derrocó al presidente argentino Hipólito Yrigoyen. Con una impecable reproducción de época, el film se encuadra como un film de género para recrear una serie de acontecimientos históricos sucedidos en el año 1935, pero desde la visión de Hipólito, un niño huérfano de 10 años.
Por la temática electoral de fondo y la siempre latente sospecha de fraude, Hipólito se asemeja a la recientemente estrenada El dedo (2010) de Sergio Teubal, aunque ambas narran acontecimientos históricos con ópticas y estéticas diferentes. Mientras Teubal se juega por el absurdo, Ciampagna lleva el conflicto hacia el thriller. En los dos casos los resultados son brillantes y convincentes y a pesar de las diferencias históricas y temporales –una ocurre en 1985 y la otra en 1935-, el conflicto resulta ser el mismo y de una vigencia absoluta.
Hipólito, que integra un tríptico de producciones cordobesas financiadas con un plan de fomento local junto a las ya mencionada De Caravana y El invierno de los raros (2010), de Rodrigo Guerrero, está casi protagonizada en su totalidad por actores locales como el niño Lucas Gamarra, sobre el que recaerá todo el peso de la trama. Además de contar con participaciones especiales de reconocidas figuras como Luis Brandoni y Enrique Liporace, entre otros.
Teodoro Ciampagna ofrece una mirada diferente sobre la historia argentina utilizando elementos del cine de género clásico pero desde una nueva perspectiva mucho más fresca, con un gran tratamiento visual y, claro está, con buenos aires serranos.