En 1950, cuando la Guerra Fría amenaza la paz internacional, dos jóvenes pilotos de diferentes mundos son aceptados en un escuadrón de élite para su entrenamiento: uno es Tom Hudner, un soldado impecable. El otro es Jesse Brown, un piloto ferozmente talentoso, que se convertiría en el primer afroamericano en volar en combate para la Marina de los Estados Unidos. Iniciados juntos en el escuadrón VF-32, Tom y Jesse son llevados al límite para convertirse en los mejores pilotos de combate. Dentro de la estrecha hermandad del escuadrón, Tom y Jesse forman una firme amistad; la cual se pondrá a prueba en el acalorado campo de batalla, cuando uno de ellos sea derribado tras las líneas enemigas. Tal la sinopsis argumental de esta producción. Basada en el libro homónimo de Adam Makos, que describe la amistad entre Jesse Brown (Jonathan Majors) y su compañero Tom Hudner (Glen Powell), la historia es trasladada a la pantalla por el director JD Dillard con mucho respeto pero sin suficiente profundidad dramática.
Termina siendo una cáscara hueca de tropos de películas de guerra insulsos y golpeados que dejan al actor valerse por sí mismo con su interpretación del primer aviador negro en la historia de la Armada yankee.
El filme tiene una duración de 140 minutos y se puede dividir en tres partes, las dos primeras