Llega a nuestro cine una película que por su estreno y uno de los actores que tiene en el reparto, pareciera que se intenta colgar del éxito de Top Gun: Maverick. Pero, con el “gran” detalle, de que está inspirada en hechos reales. Así que, sin más preámbulos, veamos que resultó de Historia de honor.
La historia sigue a un grupo de pilotos que se encuentran entrenando con un nuevo modelo de avión, mientras la Guerra Fría se desata. En ese momento son llamados, así que deberán ir a combatir sin tener aun total conocimiento de sus nuevos vehículos; y para colmo, nuestro protagonista debe sufrir los aun graves incidentes de racismo que debían padecer los soldados de color en dicha época.
Inspirada en el caso real de Jesse Brown, Historia de honor supones que buscaba mostrarnos la trágica vida de dicha persona, quien tuvo que vencer no solo los complicados entrenamientos, sino los problemas raciales que parecieran nunca cambiar. Pero es que esta película está tan mal escrita, que, en lugar de hacernos de tomar conciencia, pareciera que nos quiere convencer para alistarnos en la fuerza aérea.
Y esto lo decimos porque en realidad, salvo por lo que cuenta nuestro protagonista y DOS personajes, nunca vemos lo mal que la pasaba en su entrenamiento o en combate. De hecho, si podemos ver que el resto de sus compañeros, lo respetan y aprecian bastante, y que el propio ejército se encargó de darle una enorme casa a poca distancia de donde tenían la base de entrenamiento. Y ni hablemos de lo bien que le va en la vida, no solo con su familia, sino al conocer a celebridades de la época. Lo dicho, a enlistarse gente…
Y para contarnos todo esto, Historia de honor se toma sus buenas dos horas y media de duración. Algo totalmente exagerado, y que tampoco se hace pasable cuando se lo dosifica con escenas de combate de aviones, porque apenas tenemos dos en todo el metraje. Demasiado poco para despertar al espectador.
Por suerte, estas secuencias de combate están muy bien filmadas. Con un estilo similar a la ya citada Top Gun: Maverick, todo está claro, y siempre podemos ver de quién es el avión al que le están disparando. Y el cgi está bastante a la altura; algo de agradecer en una no superproducción.
Otro punto a favor son las actuaciones. Jonathan Mayor es un buen actor, que de a poco se va solidificando en la industria; y si bien esta película no es la gran cosa, su actuación compensa cualquier conveniencia de guión que tiene su personaje. Mientras que su secundario, Glen Powell, lo hace bastante bien. Y es curioso que este mismo año hayamos visto a este actor en otra cinta de aviones, como en la multi nombrada Top Gun: Maverick.
En conclusión, Historia de honor es una película mediocre. Con el paso de los días casi nadie se la va a acordar, salvo aquellos que fueron convencidos por el mensaje de la misma, y ahora ya pertenece a la armada norteamericana…