La Guerra de Corea se desarrolló entre 1950 y 1953. Aunque hoy todos conocen la división entre las dos Coreas, la guerra en sí misma, el primer gran conflicto bélico de La guerra fría es llamada por muchos como “La guerra olvidada”. Este nombre se centra, fundamentalmente, en lo poco que es mencionada en comparación con la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam y la poca atención que recibió en relación con la magnitud que tuvo. Se trató de un conflicto armado cruento con más de dos millones de personas muertas en esos tres años. Historia de honor (Devotion, 2022) cuenta, a su vez, una historia no tan conocida dentro de este conflicto no tan recordado.
Los protagonistas son dos jóvenes pilotos muy diferentes entre sí que son aceptados en un escuadrón de élite para su entrenamiento. Uno de ellos es Tom Hudner, un soldado impecable. El otro es Jesse Brown, un piloto muy talentoso, que se convertiría en el primer afroamericano en volar en combate para la Marina de los Estados Unidos. Se trata de una historia real y el guión se basa en el libro de 2015 Devotion: An Epic Story of Heroism, Friendship, and Sacrifice, escrito por Adam Makos.
Cómo es de imaginar en la historia conviven varias líneas argumentales. La del conflicto en general, la del escuadrón en particular y la de la amistad de los dos protagonistas como elemento central de una trama que también incluye, por supuesto, el tema del racismo. Aunque la película intenta mantener todas esas líneas, es muy posible que sea este último tema el que le haya dado luz verde a esta película con muchos puntos interesantes.
Sus mejores aciertos los logra cuando muestra las dificultades y desafíos que enfrentan los pilotos incluso antes de entrar en combate. Pero al estrenarse en el mismo año que Top Gun: Maverick, se hace demasiado evidente la falta de nervio y rigor para hacer de las escenas de acción algo con la potencia y la autenticidad suficientes como para conmover. Es verdad que los aviones de esta historia no pueden ponerse en vuelo como los de la película con Tom Cruise, pero aún con los efectos visuales Historia de honor queda muy lejos de lograr el drama buscado. Lo demás es rutina, momentos esperables y un clasicismo que hace que la película se vea razonablemente bien, pero sin destacarse en ningún aspecto.