En su ópera prima Benjamin Naishtat logra con talento y agudeza mostrar el clima de miedo que se desata con pocos elementos: una sirena, un corte de luz, vecinos indeseables, prejuicios, discriminación. La película no es perfecta, pero tiene el enorme atractivo de poner en evidencia lo oculto. Por eso, a pesar de sus defectos.