Sensación de inseguridad
La historia comienza con una toma aérea de una zona del conurbano, de esas donde los descampados y las villas no parecen estar muy lejos de los custodiados barrios privados.
Cuando la cámara se acerca vemos vecinos asediados por una ola de calor, y por humo que viene de una zona cercana. A partir de ahí la cámara sigue de cerca a los protagonistas, sin un hilo conductor, solo una cámara que espía cómo de a poco se va construyendo un clima de hastío, de miedo, que va por dentro de los protagonistas y que sabemos que en algún momento estallará.
El director no pretende denunciar ni criticar, solo exponer situaciones, construir climas, sensaciones, no del todo explícitas.
Este primer filme de Benjamín Naishtat, está narrado en tono experimental, y con actores no profesionales, lo que resulta en un producto no del todo acabado y que definitivamente no atraerá enormes cantidades de espectadores al cine, pero servirá como una buena oportunidad de ver algo diferente, si es eso lo que se busca por sobre otro género.