La suma de todos los miedos
La habilidad de Benjamín Naishtat reside en poder contar algo fuera de la pantalla que en lo que realmente muestra en "Historia del Miedo"(Argentina, 2014).
En eso que no vemos, en los límites borrosos de algo que no se llega a definir está el principal atractivo de una historia sencilla y compleja a la vez.
Hay un grupo de personas que viven en un country, adinerados ellos, se mantienen al margen de todos los avatares de la vida cotidiana, y en algunos casos, el único contacto que llegan a tener con la realidad es a través de las pocas palabras que cruzan con sus empleados .
El espacio del country a su vez está siendo invadido de a poco por personas ajenas al mismo que incendian basura en el límite.
También hay otra persona, que vive con su hijo en la ciudad y que casi mantiene la misma rutina que el resto.
Todos tienen miedo. Miedo de superarse, de vivir, de respirar, de acercarse al otro, de amar.
Los cortes de luz que aceleran las interacciones además no ayudan a que todo fluya con normalidad y la resistencia a ceder espacios crece.
En ese escenario simple Naishtat arma un complejo entramado de relaciones que terminan con el corolario de un festejo en el que cada uno tendrá miedo de qué hacer con los demás.
Película de pocos diálogos, de sugerencias, de un estado de alarma latente, síntoma de época de visión inevitable.
PUNTAJE: 6/10