Entre hormigas, tratos y conciencia social
Catorce películas van desde que Historias Breves (1995), el film colectivo que reúne una serie de cortos, comenzara un recorrido que ya lleva 22 años y que sirvió como plataforma de despegue para muchos cineastas. Hoy la producción de cortometrajes no es la misma que a mediados de los 90. El acceso a las nuevas tecnologías permite que cualquiera con ganas y mínimos recursos pueda filmar y eso hace, a que en la mayoría de los casos, se vean grandes trabajos por fuera de los "Historias breves", incluso teniendo mayor repercusión en festivales a la hora de las selecciones y premios. Esto no solo se debe a la calidad técnica y narrativa sino también a una falta de acompañamiento posterior. La gran mayoría de los cortos que integran el colectivo mueren ahí. Es como si lo único que importara sea el filmar y no que estos se vean más allá.
La diferencia entre filmar por fuera o a través de "Historias breves" es que da un apoyo económico que el corto no tiene, pero que paradójicamente le quita libertad de experimentación y riesgo. Es por eso que hoy los trabajos que lo componen son de un nivel técnico incuestionable pero que al verlos resultan más de lo mismo. No hay un quiebre como sucedía en un principio. Hoy esas rupturas hay que buscarlas por fuera.
Historias Breves 14 (2017) está compuesta por seis trabajos de distintos géneros, procedencias y estéticas. Aunque en la gran mayoría hay un punto en común que los une que tiene que ver con temas sociales contados con una acidez y una ironía poco usual. Trato, de la directora Gisela Benenzon, es un mordaz relato sobre las diferencias de clase narrado a través de un flashback en el que la niñera de una familia de clase acomodada debe tomar una decisión un tanto "extraña" para apalear sus dificultades económicas ante la negativa de ayuda de sus patrones.
Otro trabajo narrado en tono de comedia es Las hormigas de Mariana Wainstein, directora que ya había aprobado su habilidad para este género con Error 404 (2016). Su nuevo corto tiene como protagonista a una mujer de 35 años, Vera Turiel (Paula Carruega), en medio de una crisis laboral y afectiva. La voz en off de Vera sirve para que Las hormigas transite ácidamente por su vida social, marcando el punto de vista contradictorio que tiene por sobre los diferentes personajes que conforman su entorno. Gran trabajo de puesta y dirección actoral con un casting para sacarse el sombrero.
Colonia Delicia es un relato suburbano e iniciático misionero sobre entramados familiares y amoríos adolescentes de Cinthia Vega Konopacki, mientras que en Un plan Gabriel Lembergier se juega por la comedia absurda a través del derrotero obsesivo de un matrimonio que llega a un hotel cinco estrellas con una valija con varios miles de pesos. La obsesión también es el tema elegido por Matías Alejandro Gamio en El capital, una sutil mirada a las contradicciones éticas y políticas de un profesor cegado por conseguir la edición importada que tiene un alumno de El capital de Karl Marx.
La serie se completa con Rincón del Ángel, una fábula rural sobre resentimientos y choque culturales que une a dos generaciones opuestas en medio de un relato idílico, con moraleja incluida, de Diego Agustín Briano, y Tiempo de sequía, una contemplativa historia provinciana sobre ausencias, perdidas y desiciones terminantes que cuenta con la dirección de Nicolás Stefanazzi.
Tal vez sea hora de que los "Historias breves" dejen de estar correctos y apuesten por algo más. Riesgo e incorrección política no les vendría nada mal.