Y cumpliendo con el ritual de cada año, se estrena en el cine Gaumont, la edición número 17 de “HISTORIAS BREVES” que reúne un seleccionado de cortos nacionales, siempre mostrando un abanico de propuestas que nos permite ir del drama a la comedia, hasta los toques de cine fantástico, un perfil más vanguardista y algún proyecto más experimental.
Históricamente “HISTORIA BREVES” fue la ventana para que se diesen a conocer los trabajos de jóvenes realizadores que luego se convirtieron en importantes directores / autores de nuestro cine como por ejemplo Lucrecia Martel y su inolvidable “Rey Muerto”, Daniel Burman, Bruno Stagnaro, Jorge Gaggero (“Cama Adentro”), Paula Hernández (“Herencia” “Un amor”), Adrián Caetano, Sandra Gugliotta, Benjamin Naishtat (director de la reciente “Rojo”), Santiago Loza (el director, entre otras, de “Breve Historia del Planeta verde” y Liliana Paolinelli (quien presentó en el último BAFICI si nuevo largometraje, la brillante “Margen de Error”, entre otros.
Este año, en la edición 17, vuelve a repetirse el fenómeno –que no sucedió por ejemplo el año pasado- de que hay algunos cortos que tiene un alto nivel de impacto con ideas novedosas y una apuesta al riesgo y otros, que si bien tienen una idea atractiva, cuesta que se plasme dentro de este formato que requiere de cierta precisión para que en un tiempo acotado se pueda definir un buen trabajo.
Si vamos de menor a mayor, indudablemente el error casi imperdonable que comete “UNA NOCHE SOLOS” con guion y dirección de Martin Turnes, es el de desperdiciar a dos talentosos actores como Diego Velázquez y Analia Couceyro en una idea que apuesta a un ritmo de comedia que atrasa unas cuantas décadas, sobre el imaginario de lo que puede/quiere hacer una pareja cuando se “libera” de su hijo que queda a cargo de la abuela.
Una rutina ya vista, ideas repetidas, obsoletas y un concepto general que no termina de tomar forma, hacen que sea el más fallido del equipo.
Hay buenas ideas que no logran plasmarse acertadamente tanto en “NOCHE DE NOVIAS” de Santiago Larre y Gustavo Cornaglia como en “EL AGUA DE LOS SUEÑOS”, la trasposición del comic “Alvar Mayor” dirigido por Pablo José Fuentes y Rocío Muñoz, que apuesta a una narración fantástica pero que debe lidiar con algunos notables desaciertos de producción y sobre todo en el tono de las actuaciones de las que sólo sale airoso Germán Da Silva, un verdadero actor todo terreno.
En una estructura más clásica, logran distinguirse “EL ESPESOR DE LO VISIBLE” de Mercedes Arias sobre una pareja que está esperando su primer hijo y recibe una noticia inesperada e inquietante, y “LA MEDALLITA” de Martin Aletta que dentro de un relato clásico, se juega por contar la historia de un boxeador de los años treinta sobre el que pesa una “sentencia”, de una manera diferente: homenajeando al cine mudo, con un brillante blanco y negro y aires de expresionismo alemán.
El más creativo y estéticamente más impactante es “EL AGUA” de Andrea Dargenio que trabaja muy ingeniosamente sobre el hecho de que un día el protagonista (excelente Nicolás Maiques), despierta en un mundo donde a pesar de que falta el agua, nadie pareciera notarlo. Un excelente trabajo de fotografía y el diseño de arte de Carla Claude Celsi, hacen de este corto uno de los más interesantes y el más atractivo del grupo, donde se da la integración de una idea novedosa, un guion bien resuelto y una apuesta estética muy por encima del promedio.
Una interesante vuelta de tuerca sobre la censura y los años del oscurantismo en nuestro país viene de la mano de “HAY COCA” de Jorge Issa que cuenta la historia de un hombre que debe transportar un bolso a la Puna cuyo contenido desconoce donde deberá sortear diversos “controles”, situaciones de riesgo y algunas adversidades para llegar a destino y cumplir con su objetivo.
No tiene sentido adelantar demasiado su final que encierra cierta sorpresa, sólo decir que tiene un final perfecto, con reminiscencias de “Cinema Paradiso” y que tiene –hoy más que nunca- plena vigencia por la reciente pérdida de una entrañable figura del cine nacional, que sin saberlo, el corto homenajea doblemente y nos recuerda de aquellos años en los que muchas escenas cinematográficas de grandes directores, quedaban mutiladas en manos de censores y burócratas, quienes, por suerte, han quedado en el pasado como un recuerdo desafortunado.
Como todos los años, es interesante asomarse a la diversidad de propuestas, a los trabajos más recientes de jóvenes cineastas que muestran sus primeras obras, que pueden abrirle camino a una gran carrera dentro del cine nacional.