Si en la 16 la falta de creatividad del grupo de cortos terminaba por cuestionar la proliferación de realizadores, en esta oportunidad la solidez y potencia de relatos como "El espesor de lo visible", de Mercedes Arias, con una pareja que supera en medio de la llegada de un hijo sus propios miedos, "Una noche solos", de Martín Turnes, un viaje hacia una noche de placer que nunca llega, "Hay Coca", en medio de la dictadura un hombre logra superar todo y cumplir su cometido (con homenaje a Isabel Sarli), "Noche de novias", de Santiago Larre y Gustavo Cornaglia, una relectura del pasado sangriento del país desde otro enfoque, por nombrar solo algunos, demuestran que el cine sigue más vivo que nunca.