Es hora de una nueva edición de Historias Breves, esta colección de cortos de realizadores jóvenes y nóveles argentinos que se convirtió en algo mítico desde su primera edición allá por 1995. La definición más obvia es la de semillero, en sus diferentes etapas fuimos conociendo muchos de los directores que hoy en día son consagrados de nuestra filmografía.
Sobre todo la recordada primera entrega que sirvió como puntapié o primer botón de muestra de ese boom de fin de siglo que fue el Nuevo Cine Argentino. Aquella agrupación de 1995 quedó en la retina de muchos, marcó el conocimiento para el público de lo que las nuevas escuelas de cine estaban generando dentro de sus paredes, y venía a despabilar un cine que se había anquilosado.
A ese sorpresivo éxito le siguieron ocho entregas más, la segunda que más o menos continuó el mismo nivel, una tercera ambiciosa divida en dos “películas” (ojo izquierdo – ojo derecho) que ya empezó a demostrar cierto agotamiento; y a partir de ahí un declive de calidad e innovación en las siguientes entregas cada vez con menos producción y relevancia.
Este síntoma que hizo que durante años dejase de prestársele atención a las Historias Breves, y que solo quedaran como un recuerdo de lo que fue, comenzó a cambiar en las últimas ediciones, se retomó un estreno anual, y así, ya en el número siete se percibía un rápido mejoramiento que se confirmó ampliamente en la octava, con varios cortos para aplaudir de pie.
Claro, este surgimiento, caída, y resurgimiento tiene que ver con el paralelo de nuestra producción de largometrajes, y no es casual que Historias Breves allá comenzado a mejorar cuando nuestro cine en general ganó en producción y en el atrevimiento a relatos de género.
Esta novena edición, vuelve a confirmar el excelente momento por el que está pasando nuestra cinematografía, y el promisorio futuro que nos aguarda. Por supuesto, como todo film episódico, y más aún, de varios directores, el todo es desparejo, pero en las individualidades podemos encontrar joyas que conviene perderse.
Ya desde el comienzo nos maravillamos con El gran Vairitoski, de Matías Carrizo, animación stop motion, de recursos limitados, simple, pero con una garra y una pasión que se transmiten al espectador, tanto que no queremos que se acabe.
Otro de los segmentos a destacar es En Crítica de Luz Orlando Brennan, en el cual Alberto Ajaca se pone en la piel de Roberto Arlt para retratarlo como el periodista que fue, pura factura técnica y reconstrucción de época que nada tiene que envidiarle a producciones más grandes. Hay para todos los gustos en el mundo de "Historias Breves 9", cortos más líricos, más relacionados al cine de género, concretados con un mensaje social, y de puro entretenimiento.
Una mezcla heterogénea para llenar paladares. Los nombrados Carrizo y Brennan, sumados a Andrés Arduin (El desafío), Judith Battaglia (El pez ha muerto), Victoria Mammoliti (El paso), Luis Bernadez (Estacionamiento) y Cecilia Kang (Videojuegos); construyen un colectivo que sirve más allá de un fresco abarcador, un pantallazo al universo por venir, y de ser así, de mantener el nivel, se augura, será muy próspero.