Unos paisajes efectivos y repetidos
Desde la leyenda del mito hasta la reconstrucción histórica, del inicio de la adolescencia a la sátira por animación, este grupo de cortometrajes seleccionados y financiados por el INCAA ofrece un conjunto de propuestas temáticas.
Luego de algunos intervalos en el tiempo, desde 2012 se tiene la posibilidad de conocer una vez por año al nuevo grupo de cortometrajes seleccionados y financiados por el INCAA.
Si bien ya quedó muy lejos aquel sólido paquete inicial de 1995 donde se presentaron trabajos de Lucrecia Martel, Bruno Stagnaro, Adrián Caetano y Daniel Burman, entre otros directores, las subas y bajas de "las historias breves" continúan siendo la plataforma de lanzamiento de futuros cineastas, en este caso, a través de imágenes que no exceden los 20 minutos.
Los relatos de Historias breves 9 certifican un par de cuestiones y abren algunos interrogantes a futuro. Por un lado, el auge de la animación –impensado allá por los años '90– con El gran Vairitosky de Matías Carrizo, un corto donde la Muerte se presenta en un espectáculo circense, acosando a un personaje que elude con constancia el viaje sin retorno.
El abanico temático se amplía con En crítica de Luz Orlando Brennan, que a través de una minuciosa reconstrucción de época, ubica la historia en el diario de Natalio Botana con un Roberto Arlt de ficción reparando en las cartas que llegaban a la redacción sobre personas anunciando sus suicidios.
La última etapa de la niñez y la inicial adolescencia se presentan en tres trabajos de directoras –Videojuegos de Cecilia Kang; El paso de Victoria Mammoliti y El pez ha muerto de Judith Battaglia– donde, desde diferentes ópticas, se muestran el dolor, la tristeza, la alegría, la cercanía de la muerte (otra vez) y la religión como tránsito feliz o cruel hacia la adultez.
Más enrolado en el género, la ficción de El desafío de Andrés Arduin describe una historia policial entremezclada con una leyenda donde no se ahorran momentos efectivos y algunos gratuitos.
En tanto, anclada en un único espacio y limitada a sólo dos personajes, Estacionamiento de Luis Bernardez propone más que un momento pleno de misterio con un logrado trabajo del fuera de campo.
Indiscutibles desde el punto de vista técnico y con virtudes y defectos en cada uno de los siete cortos, Historias breves 9 también manifiesta cierta reiteración en el aspecto temático (la niñez, la adolescencia, la muerte), determinadas interpretaciones que hacen demasiado "ruido" y una apelación a símbolismos de trazo grueso que eluden cualquier sutileza. Además, la ausencia de comedia o de algo que se le parezca, por momentos, convierte al grupo de cortos en un todo monolítico de carácterísticas graves y solemnes. El futuro de cada uno de los directores, como siempre ocurre, se escribirá en la siguiente página.