The Help, una de las nominadas a los Oscar, tiene bastante en común con Vidas cruzadas (Paul Haggis, 2004) además de un nombre muy similar: por empezar porque ambas películas tratan sobre el racismo. Mientras que Historias cruzadas se atiene solamente a la discriminación hacia la raza negra en Mississippi durante los años 60, Vidas cruzadas trataba el racismo a más grandes rasgos en Estados Unidos y en la actualidad. Vidas cruzadas terminó siendo la inesperada ganadora del Oscar el año de su estreno batiendo a pesos pesados como Capote, Munich, El secreto en la montaña y Buenas noches buena suerte. Puede haber sido inesperado para muchos críticos, pero en mi caso, fue uno de los premios que más festejé en los últimos años.
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Se ha dicho que, como El juego de la fortuna, Historias cruzadas logró ser estrenada en el país a fuerza de elogios y nominaciones a premios. Sin embargo, no debería ser una sorpresa que una película de estas características se estrene en nuestro país. Si bien el racismo en Estados Unidos posiblemente no sea el tema preferido para un cinéfilo argentino, lo cierto es que estamos frente a una muy buena propuesta, un filme muy agradable, que difunde su mensaje pero que también cuenta historias particulares atractivas y que hacen que el espectador se interese, tanto por el desarrollo de la historia en general como de los personajes en su especificidad.
Historias cruzadas cuenta la historia de Skeeter (Emma Stone), una joven que quiere convertirse en periodista o escritora y que decide contar la historia de las criadas de Jackson, Mississippi, todas mujeres negras que prácticamente continúan bajo un régimen esclavista que debió haber terminado hace rato. Estas mujeres se acostumbran a criar niñas blancas, rubias y de ojos claros, a enseñarles todo lo que sus madres no quieren o prefieren evitar y con el pasar de los años terminan trabajando para esas niñas que con el tiempo han crecido para ser madres y estar al cuidado de una casa.
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Si hay algo que se destaca claramente en Historias cruzadas son sus personajes, construidos con la simpatía suficiente como para interesar al espectador y ejecutados de manera brillante por todo el elenco, principalmente por las multinominadas Viola Davis (una vez más sorprende con una performance sobrecogedora) y Octavia Spencer (ganadora del Globo de Oro a mejor actriz de reparto), pero también por Jessica Chastain, Sissy Spacek y Bryce Dallas Howard -estas últimas quizás con papeles más burdos, demasiado exagerados, pero no por ello muy bien logrados-. Otras dos que merecen una mención especial son Eleanor y Emma Henry, dos pequeñas hermanitas que interpretan a Mae Mobley, la beba que Aibeleen (Davis) tiene que cuidar. En dos o tres breves apariciones las pequeñas logran emocionar, lo que en realidad habla muy bien de la dirección de actores (por algo este filme tuvo tantas nominaciones a "mejor elenco").
Tate Taylor, director con poca trayectoria, adaptó el libro de Kathryn Sockett (Criadas y señoras) y se puso tras las camaras de este filme candidato al Oscar. Se le objeta haber tratado el tema demasiado banalmente, que sus personajes son caricaturescos y extremos (la mala nefasta de Dallas Howard y la buena buenísima de Chastain lo ejemplifican perfecto), sin embargo, todo parece indicar que la idea de Taylor era hacer una película agradable con un mensaje y no un manifiesto antiracista. Supongo que los críticos también nos ponemos extremos cuando se trata de temáticas serias y debemos tomar posición clara. En este caso no lo haré: The Help pasa del momento más dramático y duro de digerir al chiste más inocentón y ese tratamiento edulcorado y poco serio no me parece suficiente como para defenestrar al filme. Al contrario, es cierto que hay películas que tratan el tema del racismo de una manera mucho más lograda, profunda y seria, pero si todas tuvieran un enfoque similar terminaríamos criticando que se parecen demasiado o que no está a la altura de la del pasado.
Celia trata muy bien a Minny
¿Sus personajes son caricaturescos y exagerados? ¿Llevados al límite absoluto? Sí. Pero gracias a esos personajes, el guión logra sacarle el jugo a las situaciones para hacerlas realmente cómicas. A fin de cuentas y pese a la gravedad de algunas escenas, The Help es una película que logra hacer reír de la mano de personajes como el de Chastain -una hiper inocente mujer casada con un millonario- o como el de Spacek -una mujer mayor, casi senil, pero con arranques de lucidez muy oportunos-. De todos los caracteres, quizás el más criticable sea el de la madre de Skeeter, que por no ser extrema si no cambiante, termina desentonando en un filme tan lineal. Sus comportamientos terminan resultando ambiguos y carecen de verosimilitud, por distanciarse de sus actitudes anteriores. Ante la estabilidad y linealidad del resto de los personajes, lo que termina resultando poco creíble es el cambio redentor.
Quizás Historias cruzadas no sea el documento al cual acudamos para entender el racismo en los '60 en una versión cinematográfica. Pero sí podría ser una primera aproximación para alguien completamente desentendido que no busca información como para una tesis pero que sí quiere pasar un momento entretenido frente a la pantalla. Historias cruzadas es una película fácil de criticar, pero también es fácil de disfrutar si uno baja la exigencia y se divierte con su maravilloso elenco.