Cuando el hablar fue el principio
Hay temas que no pierden vigencia, heridas que no cierran. El dolor causado a las personas de color negro aún sigue latente. Lo que más inquieta y perfora nuestro ser es ver cómo se hablaba de superioridad cuando se actuaba como enfermos que no utilizaban la razón. El guionista y director Tate Taylor vuelve a sacar las imágenes de las personas que fueron condenadas a la esclavitud por el sólo hecho de tener la piel más oscura.
En la década del 60´ Estados Unidos vivía el racismo con bastante intensidad. Las clases más pudientes, con ideas más conservadoras, eran las que más discriminaban. Sin embargo ya empezaban por aquella época a circular por la sociedad algunas corrientes de igualitarismo y derechos civiles para todas las personas sin importar raza. En Historias cruzadas es la letrada Eugenia Skeeter quien propicia una nueva visión en Mississippi, su lugar natal al que vuelve después de haberse graduado. Aunque la protagonista siempre resultó distinta entre sus amigas, nunca se habían acentuado tanto esas diferencias como en su regreso.
Con la idea de empezar su carrera como escritora y periodista, Eugenia ingresa a trabajar en un periódico haciendo una columna de limpieza, con lo cual realiza el primer contacto con las sirvientas de las amigas para que le expliquen del tema. La gran idea de hacer un libro vendrá a su mente después de enterarse que la señora que la había cuidado toda la vida, la sirvienta de la casa, ya no estaba más entre sus padres. Sin saber con ciencia exacta qué había pasado, ella suponía que la habían echado. Esa ausencia, sumada a los aires de nuevos pensamientos que obtuvo en su paso por la Universidad, la llevan a proponerle a una de las sirvientas de sus amigas hacer unas entrevistas sobre la situación de vida que tenía junto a las personas blancas. Después de mucho insistir sobre el tema, Eugenia logra establecer varias visitas que la ayudarán a la conformación de su libro. A pesar de lo peligroso que resultaba en Mississippi que una mujer blanca visitara a personas negras la protagonista, con mucho cuidado, logra sumar a varias mujeres más a su propuesta.
Historias cruzadas, a pesar de su extensa duración, logra mantener al espectador atento durante toda la proyección. Resulta conmovedora y triste, pero combina momentos graciosos que hacen posible un desahogo después de oír tanto sufrimiento. Representa el compromiso de Taylor con su sociedad aunque ya hayan pasado varias décadas y no lo complique tanto hablar del tema. Es la ayuda necesaria para no cerrar una herida, para despertar quizás al pueblo sobre las discriminaciones del siglo XXI, aquellas que hoy se ejercen cotidianamente sobre los sectores de más bajos ingresos.
En cuanto a las actuaciones, Emma Stone (Eugenia Skeeter) no logra realizar una producción que se amolde con el personaje que encara. Resulta un tanto insulsa y hasta poco comprometida (absolutamente lo contrario al personaje). No está a la altura del personaje que le tocó hacer. Sus gestos y reacciones parecen sobreactuadas. En contraposición a Stone aparece Viola Davis, quien encara su personaje de una manera alucinante. Mantiene en todos sus movimientos y actitudes el dolor y sufrimiento. Davis se compromete y entra en el personaje mostrándonos el dolor de una raza, pero también a una mujer sensible y adorable capaz de criar a una niña como si fuera su hija siendo sólo su sirvienta. El potencial que despliega tapa varias de las nebulosas que tiene el film, sobre todo esos momentos cursis que no aportan a la historia.