Noche de Halloween, finales de los 60 en un pueblo rural. Un grupo de amigos deciden esconderse de un bully en una casa supuestamente embrujada. Mientras recorren el lugar, uno de sus miembros se lleva un libro perteneciente a una leyenda urbana local. Lo que ella no sabía, es que estaba a punto de desencadenar la ira de un fantasma real.
Con el apadrinamiento de Guillermo del Toro (quien hizo las veces de productor y diseñador de las criaturas que vemos en pantalla), llega a nuestros cines, un film que bien podría tomarse como la versión para adolescentes de la reciente e inesperada saga de Escalofríos.
Suena extraño, pero es la verdad. Historias de miedo para contar en la oscuridad tiene un hilo argumental, para justificar diferentes secuencias de terror sobrenatural, protagonizadas por diferentes personas; en esta ocasión, los miembros del grupo de chicos protagonistas. Es el típico caso de cortos disimulados en una historia principal, donde cada uno tiene un inicio, nudo y desenlace.
Esto no sería nada malo, si no se hubiera vendido al proyecto como un trabajo personal del propio Del Toro, haciendo que nuestras expectativas se den contra una pared al ver el producto final. Y es que debemos recalcar lo dicho en el segundo párrafo; aquellos que esperen morirse de miedo, desde ya les avisamos que van a encontrarse con una cinta destinada a los más jóvenes. Con el solo ejemplo de que no hay una gota de sangre a lo largo de toda la película, ya les estamos diciendo todo.
Donde si vemos la mano del director mexicano, es en la concepción de los monstruos. La gran mayoría (sobre todo el que vemos en los posters) tienen su claro sello, dando bastante yuyu en algunos casos. Eso sí, también debemos mencionar una criatura en cgi que se ve horrible por lo falsa que se nota, asombrando bastante que el propio realizador dé el visto bueno para que esa cosa termine quedando en el corte final de Historias de miedo para contar en la oscuridad.
Así y todo, la buena labor del elenco, y la química que tienen entre sí, hacen que la película sea bastante llevadera, pese a tener varios momentos muertos, o peor aún, de vergüenza ajena, con unos gags bastante pobres.
En conclusión, Historias de miedo para contar en la oscuridad es una cinta promedio. Con su cuota de humor innecesario, sus dosis de jumpscares y cgi mal hecho, es otra película que pasa a engrosar la larga lista de films de terror apenas aceptables de este 2019.