Mill Valley es un pueblo como cualquier otro, en el que no ocurre nada fuera de lo ordinario. Los niños se disfrazan para ir a pedir caramelos en Halloween y todo transcurre con normalidad, eso hasta que un grupo de adolescentes entra en la casa abandonada de los Bellows, un lugar que aterra a los habitantes de la zona desde hace años. La leyenda dice que la familia tenía encerrada a su hija en el sótano, tras una serie de hechos aberrantes que la tuvieron como protagonista. Refugiándose en dicho lugar, el libro de cuentos en el que Sarah Bellows escribía con sangre llega a manos de los jóvenes y desata una maldición sobre ellos. Una adaptación de la saga «Historias de Miedo», con dirección del noruego André Øvredal y producida por Guillermo del Toro, Scary Stories To Tell In The Dark es un película de terror para chicos, pero que logra entretener a todas las edades.
Sin derramar una gota de sangre ni abusar del gore o los jumpscares, resulta perfecta para los pequeños fanáticos del género pero también para cualquier adulto. La tensión que crea es genuina y logra que el espectador esté al borde de la butaca en todo momento. Cada historia funciona de manera individual, pero a la vez están unidas por una trama común. Cada una de ellas es absorbente, interesante y tenebrosa en su justa medida. Además, cada «cuento» es diferente, por lo que los sustos varían y son efectivos por diversos motivos.
Øvredal consiguió hacer una película de terror para todas las edades con un atractivo único, que además mezcla de manera eficiente en la trama los eventos sociopolíticos e históricos de Estados Unidos a comienzos de los años ’70. El elenco principal, compuesto por Zoe Colletti, Michael Garza, Gabriel Rush, Austin Zajur y Natalie Ganzhorn, es perfecto para la ocasión y los personajes que interpretan. Además, el final deja la puerta abierta para una secuela y, si llega a ser tan buena como esta primera entrega, no queda más que esperar ansiosos.