Mejor no hablar de ciertas cosas.
Historias de terror para contar en la oscuridad es el título de la nueva película de André Øvredal, un director que en esta ocasión vuelve a lucir su oficio para el género. Está protagonizada por la joven Zoe Margaret Colletti, que interpreta a una adolescente que encuentra un libro en una mansión abandonada, y la acompañan Michael Garza, Austin Zajur, Gabriel Rush, Kathleen Pollard, Gil Bellows, Javier Botet, Dean Norris y Lorraine Toussaint, entre otros.
Uno de los guionistas de esta película, basada en una serie de cuentos escrita por Alvin Schwartz, es Guillermo del Toro, quien también cumple el rol de productor, y en la historia se puede ver la influencia de la obra literaria de Stephen King, ya que está ambientada en un pueblo del interior de Estados Unidos que tiene una mansión abandonada. Y es allí donde un grupo de amigos encuentran un libro misterioso, que relata con sangre la forma en que son asesinados diversos personajes.
Uno de los aspectos que vale la pena destacar de esta película es su diseño de producción, a cargo de David Brisbin, que logra reconstruir este pueblo rural común y corriente de 1968, en el que lo aterrador irrumpe en la vida cotidiana de sus personajes, alimentándose de sus miedos. Y esto proviene de una mansión de estilo gótico abandonada ubicada en las afueras, marcando así un fuerte contraste que hace funcionar el relato. Y lo utiliza también para referirse a las consecuencias de la elección de Richard Nixon como presidente y la guerra de Vietnam, a las que se hace referencia de forma constante, como una metáfora del fin de esa época de optimismo que Quentin Tarantino representó en Había una vez en… Hollywood.
Y a pesar de pertenecer a este subgénero que puede denominarse slasher sobrenatural, al igual que los dos capítulos de IT o la franquicia de La llamada, su director no abusa del gore, ya que apunta a un público adolescente. Pero a cambio hace un muy buen uso de la construcción de climas surrealistas rematados por jump scares efectivos. Y el hecho de no contar con estrellas dentro de su elenco genera una mayor empatía con el espectador, porque ve correr peligro de muerte a personas comunes, sin saber a ciencia cierta cuales de ellas pueden llegar a la última escena.
En conclusión, Historias de terror para contar en la oscuridad es una película de terror eficaz, porque hace que no decaiga el interés de los espectadores a pesar de utilizar muchos de los lugares comunes del género. Y a su vez convierte a su director, André Øvredal, en alguien con mucho oficio para ser tenido en cuenta en el futuro.