[REVIEW] Historias de ultratumba: La verdad está oculta a simple vista.
¿Cuando no un film de género nos invita a reflexionar sobre algo más sustancial? Este es el caso de “Historias de ultratumba (Ghost Stories, 2017)”, la cual se estrena esta semana y te la recomendamos con esta reseña.
“Los monstruos son reales, los fantasmas también. Ellos viven dentro nuestro y, algunas veces, ellos ganan”.
-Stephen King
El cine, generalmente, nos invita de manera sutil a replantearnos ciertos aspectos de la vida…o quizás debería hacerlo, como el arte que es. Hay pequeñas producciones que, ante los tanques que se estrenan cada año y cada vez más en volumen, pasan desapercibidos, su estreno se retrasa o, algunos, simplemente nunca llegan a una sala de cine. Y es lamentable cuando estas gemas son vistas y uno se pregunta ¿Por qué? “¿Por qué esta película que me está diciendo algo más y es tan grata de ver no la pude disfrutar como se merece?”
El caso de “Historias de ultratumba (Ghost Sotries, 2017)” es el de esos retrasos que tanto bien le hacen a la piratería pero, si uno no llega a enterarse, es muy bueno que llegue a cines y se den la oportunidad de ver. Verla como un ejercicio clásico de reflexión con entretenimiento; porque cuando el género de terror o fantástico mete mano en lo que a aspectos místicos y fundamentales de la existencia humana se refiere, en la mayoría de los casos sale ganando. Más aún cuando la premisa viene desde Inglaterra, el lugar donde el género tomo forma definitiva en la década del 50 con la Hammer Films y sus monstruos redefinidos y su ambientación gótica.
Además de ellos, hubo otra productora que propulsó el género antológico y que lo denominó Portmanteau, así quedando como definición de toda película que tenga varios cortos con un hilo conductor. Esta productora se llamaba Amicus Productions. A partir de allí podemos ver infinidad de relatos similares, quizás las más notorias dentro del género contemporáneo sean Creepshow y Tales from The Crypt.
Así llegamos al film de Jeremy Dyson y el, también protagonista, Andy Nyman, donde el “profesor” Goodman (Nyman) es un escéptico caza-chantas que tiene un programa de televisión a-la-cámara oculta en el que desenmascara a esta clase de “manochantas”, valga la redundancia. Goodman, quien se nos introduce al comienzo del film como una persona que ha tenido problemas familiares en el que las creencias fueron un factor determinante, ahora está decidido a probar que cualquier hecho paranormal, a priori, es algo producido por la mente según el grado de impacto que el medio y la fe tenga en el individuo. “El cerebro ve lo que quiere ver”, su frase de cabecera. Su mentor a través de, también la TV, fue otro tipo de predecesor en esto de dar a conocer fraudes, un hombre que se cree desaparecido pero que llega a la vida de Goodman con tres casos que no pudo resolver y encomienda a esta especie de discípulo tal quijotesca misión: un guardia de seguridad al que una aparición le cambió la relación con la hija, un jovenzuelo con problemas familiares que tiene un encuentro cercano con monstruos del bosque y un excéntrico millonario al que la paternidad lo dejó bastante solo. Las tres historias tendrán un impacto en él, no solo por el trabajo de investigación que le tomará al interactuar con estas personas, sino que a medida que se adentra más en el campo de lo “paranormal”, las visiones de una entidad que lo acecha van tomando más forma física.
Sin contar demasiado de la trama, desde el vamos el nombre del protagonista será determinante a la hora de la verdad: Goodman es, literalmente, “Buen Hombre” en idioma inglés. La TV, como pantalla, como aprendizaje y trabajo, son una parte fundamental en la trama, la pantalla como eso a lo que se ve desde otro lugar, como espectador pasivo, como si eso que sucediera no fuera a afectarnos. También, como una forma de alejarse de la situación y convertirla en trivial, sin importancia.
El film, a nivel técnico es impecable, desde que nos lleva a un ambiente más intimo, a las zonas rurales, con ese humor inglés tan característico, irónico, ácido en el que el reparto también es otro lujo al tener a Paul Whitehouse (Harry Potter y el Prisionero de Azkaban), Alex Lawther (Black Mirror) y Martin Freeman (qué decir de este fenómeno, no?). Todo lo que proporciona este film es digno de destacar, aunque es, sin lugar a dudas, mejor disfrutarlo.
Por último, “Historias de ultratumba” nos ofrece una reflexión sobre nuestra forma de vivir, como las decisiones que tomamos afectan nuestro futuro, y como es mejor tener miedo a los fantasmas del pasado que a los espectros sobrenaturales de los cuentos. Quizás Scrooge tenía razón, y quizás nuestros abuelos también cuando nos decían: “Tenele miedo a los vivos…”