Proveniente del Reino Unido llega esta ópera prima antológica de Jeremy Dyson y Andy Nyman, que reúne historias paranormales unificadas por un mismo individuo que se encargará de investigar la veracidad de dichos relatos. El escéptico profesor Phillip Goodman (Andy Nyman) fue testigo de cómo el extremismo religioso de su padre llevó a que éste expulsará a su hermana de la familia, hecho por el cual, como adulto, se dedicó a desacreditar a videntes fraudulentos o a toda clase de individuos que intenten explotar la fe o la superstición de las personas. El trabajo de su existencia se convierte en evitar que las vidas de las personas se arruinen por la de la misma manera que las de su familia. Un día Goodman recibe una invitación para visitar a un famoso investigador paranormal de los años 70, Charles Cameron (Leonard Byrne), quien lo inspiró de niño, pero que ha estado desaparecido durante décadas y ahora vive en una caravana, enfermo y empobrecido. El anciano le pide que investigue tres incidentes de fantasmas supuestamente reales sobrenaturales que nunca pudo desentrañar y que para él contrarrestan toda la investigación de su vida.
Con este interesante e intrigante argumento arranca “Ghost Stories”, este pequeño film británico que cosechó buenas críticas gracias a su ingenio. El problema de los largometrajes compuestos por varias historias o estos films de antología, suele radicar en los diversos resultados que pueden tener estos relatos en cuanto a calidad e interés con el resto de ellos. Ya al pertenecer a la misma pieza audiovisual hace inevitable que se comparen entre sí. No obstante, una de las cosas atractivas de esta propuesta recae en que no son historias aisladas sino que están aglutinadas o amalgamadas por medio de una misma estructura que sigue al protagonista de turno. Si bien cada relato tendrá a un individuo como el personaje principal de los extraños sucesos descritos, estará el profesor Goodman como el protagonista indiscutido de toda la obra en sí consiguiendo sobre el final de la misma un logrado cierre que no hace más que homogeneizar aún más los distintos relatos.
Si a todo esto le sumamos unas actuaciones competentes, la participación del siempre genial Martin Freeman (“Sherlock”, “The Hobbit”) y una atmósfera enrarecida pero atrapante creada por sus directores y elevada por el trabajo de fotografía de Ole Bratt Birkeland (“Utopia”), podemos establecer que el resultado final es más que positivo.
Como bien mencioné, a veces se pueden ver ciertas irregularidades en las antologías o quizás algún relato no termine de convencer del todo, pero viendo la imagen completa, “Ghost Stories” termina convenciendo gracias a sus intensos y excéntricos personajes que no resultan ser narradores confiables y, por lo cual, el público se verá obligado a desconfiar de absolutamente todo lo que se le cuenta. Incluso deberá desconfiar de los pósters y el mismo título del largometraje, ya que puede ser que no sea la típica experiencia terrorífica actual que el espectador promedio espera por medio de los recurrentes jump scares (que los hay) y las espantosas muertes a las que nos tiene acostumbrados el género en los últimos tiempos.