POCO COLORÍN Y COLORADO
No es que se trate de una bocanada de aire fresco, sino del tímido reflote de un subgénero como la antología de cuentos de terror que cada tanto sale como homenaje dentro del cine comercial. Este es el caso de Historias de ultratumba, una propuesta británica basada en una obra teatral de sus mismos directores, Andy Nyman y Jeremy Dyson, quienes aquí intentan ofrecer historias de miedo al estilo vieja escuela.
En Historias de ultratumba un profesor escéptico de los fenómenos paranormales se encarga de desenmascarar a cuanto chanta ande circulando, hasta que se topa con su autor de libros favoritos -otro investigador de más renombre-, quien le asigna la ardua tarea de resolver tres casos inexplicables donde el terreno de lo fantasmal es totalmente real. Así comienza a deambular por estas experiencias entrevistando a sus protagonistas. No sin antes perder un poco el tiempo para introducir al espectador a lo que sería la primera historia. Realmente da un poco de vueltas antes de meterse de lleno con el clima tenso y oscuro. Y esto, por supuesto, baja algunos puntos.
Aquí las historias son tradicionales -ya se han visto miles de veces- pero logran cautivar al espectador con ese clima siniestro junto al humor típico con moraleja incluida que recuerda a la nostálgica serie Cuentos de la cripta de William Gaines, cierto tufillo a The frighteners de Peter Jackson y el espiral de locura de la última temporada de la experimental Twin Peaks. Historias de ultratumba tiene en su haber la narración del sereno de un psiquiátrico abandonado, interpretado por el secundario Paul Whitehouse (The fast show), cuyo relato termina de una forma muy abrupta y pobre en cuanto al clímax que supo labrar. Luego vendrá la segunda etapa con un accidente automovilístico en medio de una carretera perdida en el bosque, una propuesta más efectista con el joven Alex Lawther (The end of a F***ing World) que recuerda cuentos de Stephen King llevados a la pantalla chica o En la boca del miedo de John Carpenter. Y finalmente el relato que involucra al fantasma de un no nacido que tortura a su padre con un Martín Freeman (El señor de los anillos) -que siempre incluye sus muecas, tal vez un poco referencial a nuestro Guillermo Francella- y que aunque desentone con el estilo narrativo, cae en gracia y “vende” todo. Por ende, en todos los casos con buenas actuaciones, aunque lo que falla son ciertas resoluciones de la narrativa. Un formato en el que sus directores aún no cuentan con la maduración que sí supieron llevar con creces al terreno teatral.
Y claro, no olvidemos el relato propio del profesor escéptico que sirve para continuar el hilo argumental en sus casi veinte minutos finales, lo que constituye también una historia personal relacionada directamente con todos estos extraños sucesos. Algo típico de este tipo de narraciones que buscan demostrar en primera persona el elemento fantástico en carne propia y que cierra a modo de broche. En resumidas cuentas, The frighteneres es un tibio paquete británicamente elitista que se desarrolla de manera correcta y entretiene con moderación pero que, sin embargo, no alcanza el nivel de otras obras mencionadas de los 80 ó 90, o la frescura narrativa más reciente de Trick’r Treat, ABC de la muerte o los formatos de historias encontradas en cintas como VHS.