Historias de ultratumba (Ghost Stories) es una película de terror británica que hereda y a la vez actualiza una larga tradición del cine de horror de Gran Bretaña. Una película de una fineza y una perfección tan gran que casi parece surgida de otra época. No es que el género no tenga grandes películas, pero en la enorme cantidad de films de terror que llegan año tras año se hace difícil encontrar aquellas que valen la pena. Y, nuevamente, más difícil aun es encontrar alguna con una sensibilidad sin demagogias, capaz de contar lo que quiere contar sin estar preocupándose por las tendencias masivas del momento. Bienvenida sea entonces Ghost Stories a los cines argentinos.
Dos estudios cinematográficos dominaron el cine de terror desde finales de los cincuenta y hasta principio de los ochentas. Primero Hammer Films, la famosa Casa Hammer, que tomo todos los clásicos del cine de horror que había llevado a la pantalla Universal Studios en la década del treinta, y los actualizó con una dosis de violencia y sexo importante, además del color. De allí surgieron los genios del género, Christopher Lee y Peter Cushing, entre otros. Y directores como Terence Fisher, por citar al más famoso. Pero además de Hammer hubo otro estudio, Amicus Productions, cuyo período de actividad transcurrió entre 1962 y 1977. La producción de este estudio dejó como legado un tipo de film muy particular. El portmanteau fue el nombre que se le dio a un subgénero donde Amicus brilló. Estos film poseían varias historias vinculadas por un hilo conductor. Por extensión se le llama también así a cualquier film de episodios. Pero en lo que a terror se refiere, dicha estructura llega hasta la actualidad y atravesó todas las décadas desde que Amicus lo convirtió en una modalidad habitual. Dead of Night (1945) el clásico de los estudios Ealing fue la inspiración para los films de Amicus. Pero incluso en Argentina, el talento del actor Narciso Ibañez Menta permitió que el director Enrique Carreras realizara Obras maestras del terror (1960) basado en cuentos de Edgar Allan Poe, adaptando una serie que Ibañez Menta llevó a la televisión un año antes.
Los films de Amicus que han escrito esta página maravillosa en el cine de terror empiezan con Dr. Terror’s House of Horrors (1965) dirigida por Freddie Francis, protagonizada por el incomparable Peter Cushing –actor clave también en Amicus Productions- Christopher Lee, Michael Gough y Donald Sutherland. Repitiendo actores y directores, el estudio repitió la fórmula con mayor o menor efectividad, logrando algunos momentos extraordinarios y otros no tanto. Todo fanático del cine de terror ha visto alguna de estas películas. En Argentina y por televisión se han visto en los ciclos de Sábados de súper acción o en el inolvidable Viaje a lo inesperado. El mencionado Freddie Francis y Roy Ward Baker fueron los realizadores encargados de dirigir la mayoría de estos films, con algunas apariciones actorales especiales y lujos según el título. The Psychopath (1966), Torture Garden (1967) con dos actores norteamericanos como Burgess Meredith y Jack Palance, The House That Dripped Blood (1971), Tales From the Crypt (1972), la maravillosa Asylum (1972) con Robert Powell, The Vault of Horror (1973), From Beyond the Grave (1974) y el intento de revival con la ligera y musical The Monster Club (1981), protagonizada por Vincent Price y John Carradine.
Antes de Ghost Stories, la serie Tales From the Crypt (1989-1996) fue un derivado claro de uno de estos títulos, apoyándose también en la tradición de series de esta clase, pero con mayor foco en el terror que sus antecesoras. Creep Show (1982) de George A. Romero es otro ejemplo y así hubo muchos más. Sin embargo Ghost Stories es la que intenta darle un formato un poco más actualizado sin traicionar el concepto original. Las escenas de terror diurnas y el tema del tormento por los actos realizados, también marcan su conexión con los films de Amicus Productions.
Lo más notable es que por su estructura de varias historias y por la forma en la que entiende el terror, Ghost Stories sin duda hereda la tradición mencionada. No se conforma con ello, sino que busca encontrar su propio rumbo. Sí hay muchos paralelos, incluyendo la falta de temor a las vueltas de tuerca y la idea del castigo a las faltas cometidas durante nuestra vida. El protagonista es el profesor Goodman, cuyo nombre no deja lugar a ambigüedades. Este escéptico profesor tiene un programa de televisión consistente en desenmascarar estafadores que dicen tener poderes psíquicos o la capacidad de hablar con el más allá. Derriba mitos y expone a los estafadores. Su ídolo es un psicólogo que ha desaparecido, irónicamente, sin dejar pista ni explicación. Pero un día este psicólogo se contacta con él. Cuando Goodman va feliz a conocer a su ídolo, este le dice que ambos han estado equivocados y le da una carpeta con tres casos de fenómenos inexplicables, historias que demuestran que sí existe ese universo que Goodman ha negado. El profesor, aun escéptico, se dedicará a investigar los tres casos, dando lugar tres diferentes episodios dentro de la película, como en historias de Amicus Productions.
Por supuesto que no diremos, y en realidad no importa para hablar de la película, hacia donde irá la investigación. Si todo será como pensaba Goodman o si se caerán a pedazos sus más firmes convicciones acerca de los fenómenos paranormales. Pero las vueltas que pueda tener el guión y las conexiones entre las historias, muestra una habilidad de guión pero también la certeza de quien quiere contar algo más allá de los sobresaltos que no faltan en la trama.
Si evaluáramos una película de terror solo por el miedo que nos produce, con eso solo a Ghost Stories ya podría ser calificada de obra maestra. Poder asustar al menos tres veces con tres historias que comienzan desde cero y reservarse un par de sustos más fuera de esas historias, es más de lo que se puede decir del promedio del cine de terror, actual y de cualquier época. Y las herramientas que utiliza también hablan de seguridad y convicción con respecto al poder del cine. Casi no hay efectos, en realidad prácticamente el espectador apenas si se distraerá con eso, todo es cuestión de luces y sombras, de sonido, de silencios, de planos que se toman el tiempo necesario para inquietar y dejar al espectador vulnerable para el próximo susto.
Un elenco sólido, de grandes actores, capaces de ayudar a sostener esto, también es la clave. Andy Nyman (también codirector y coguionista) como el profesor Goodman y Paul Whitehouse, Tony Matthews y Martin Freeman como los protagonistas de las tres historias son un lujo actoral que también es imprescindible para poder cerrar todos los aspectos necesarios para volver creíble la trama. La canción Monster Mash, interpretada por Bobby “Boris” Pickett & The Crypt Kickers es el mejor cierre musical del género desde An American Werewolf in London (1981) de John Landis. Hasta ese lujo se puede dar la película, una canción homenaje al género, luego del final que no es justamente una comedia.
Tal vez este último párrafo de algunas pistas sobre el final, así que el lector puede dejar de leer acá si no quiere arriesgarse a que algo del desenlace le sea revelado. Como el título lo indica, la película cuenta historias de fantasmas. Pero fantasmas en un sentido literal y metafórico. Fantasmas que son la respuesta a momentos de nuestra vida. Un personaje le dice a otro: “Lo que realmente ha estado haciendo es huir de su mayor miedo: Que hay más que el aquí y el ahora. Que cada acción que haya realizado o haya dejado de realizar ha tenido un efecto, ha dejado un pequeño rastro, un fantasma por sí misma.” Hay un tormento, una angustia, una duda, un espacio oscuro, una puerta sin abrir llamada muerte. Un camino que no tiene regreso y que nos perturba. De todo esto hablan las películas de terror desde siempre y cuando la historia es melancólica y llena de tristeza, generalmente es una historia de fantasmas. Y si esa historia está bien contada, no hay nada mejor. Ghost Stories es todo lo bueno que puede ofrecer el cine terror. Muchos sustos, una reflexión sobre nuestras angustias bajo el disfraz del género y un rato de excelente cine.