Bagnoli es un barrio emblemático y popular de Nápoles, con la geografía marcada por lo que supo ser un polo industrial. Y esta película lo recorre, desde sus grandes espacios, muchos venidos a menos, a sus callecitas, bares, rincones y dormitorios particulares. El director, Antonio Capuano, atrapa el pulso de ese lugar, al que mira con gran cariño, a través de las historias de un grupo de personajes más o menos ligados entre sí. Una suerte de vagabundo voluntario e impredecible, un hombre mayor que descubre sus memorias y otro más joven. Una propuesta original para mostrar una sociedad, pintar una aldea y, a la vez, retratar la intimidad de unos tipos singulares, aunque lo formal a veces desconcierte. Por supuesto, hay un espacio para el prócer napolitano, Diego Armando Maradona.