Una “jungla” napolitana con ecos reconocibles
La jungla de Bagnoli, eso significa el título original de este film, ambientado en un barrio napolitano que nació como villa de descanso de gente rica, cambió y creció con la siderúgica Italsider, donde llegaron a trabajar unas 10.000 personas, y ahora da lástima y un poco de miedo.
Para pintar eso, el realizador local Antonio Capuano arma tres historias correspondientes a otras tantas generaciones. Empieza por la de un vago cincuentón, rechazado por hijo y esposa, pretendido poeta de lugares gastronómicos y reconocido ladrón de cosas que otros olvidan en el auto. La segunda, central, tiene el peso evocativo de un viejo jubilado de la fábrica, memorioso de buenas temporadas en el trabajo y en la cancha del Napoli, y todavía animoso (dentro de lo que se puede) con una doméstica ucraniana. Y la tercera supone el presente, sin futuro definido, de un pibe honesto que se las rebusca como delivery.
Dejando algunos detalles de lado, las dos últimas historias bien podrían ambientarse en la Zona Sur del Gran Buenos Aires. Nervios, rincones de pasado esplendor, o de pasado bienestar, moles que fueron templos de riqueza, edificios públicos tomados como vivienda, la droga y la mafia rondando en las cercanías, pérdida de la estabilidad laboral y, más aún, pérdida de la cultura del trabajo, nuevos inmigrantes muertos de hambre, mirados con recelo, o con piedad circunstancial. Y, pese a todo, la risa. Mordaz, amarga, vital.
El griterío y la cámara en mano molestan un poco. Pero más inquietante es la realidad que se muestra. Dicho sea de paso, Capuano es autor de "La guerra di Mario", fuerte documental sobre un padre que durante cuatro años buscó justicia por su hijo y los hijos de otros, muertos a manos de la mafia calabresa. Y ahora prepara "Il buco in testa", el agujero en la cabeza, sobre la historia real de una joven que quiso hablar con el asesino de su padre. El hombre era policía, y lo mató un terrorista de la ultraizquierda cuando ella tenía apenas dos meses de vida (en este caso habría una diferencia: el terrorista fue arrestado y cumplió en la cárcel toda su condena).