Diseñado para matar
Hitman Agente 47 está basada en una serie de videojuegos. Esta misma franquicia ya fue llevada a la pantalla hace ocho años, pero su fracaso llevó a que se volviera a empezar como si nada. Este reboot es tan falido que es probable que luego de este nuevo intento ya no se siga insistiendo sobre un personaje y una historia que no necesariamente está hecha para funcionar en cine. No faltarán, seguramente, para los fanáticos del juego algunas referencias inequívocas que para la mayoría de los espectadores solo pueden ser sospechas. Hay momentos tan forzados que solo podrían encontrar explicación en la lógica del juego. No todas las películas de acción funcionan y Hitman es un clarísimo ejemplo. Con muchos parecidos a otras series, con mucho deseo de transformar este film en el comienzo de una nueva franquicia, Hitman no tiene destino de clásico. Lo único que sorprende, aunque sea un poco, es su violencia. La industria ha decidido volver a las convenciones de antaño, donde la sangre casi nunca se veía. Y lo hace de forma justificada, debido a la enorme cantidad de escenas violentas que la historia tiene. Nada para impresionarse, pero sí para ver que no responde a todos los cánones estéticos actuales. Asesino y supuesta víctima (Hannah Ware) se enfrentan, mientras aparece un tercer personaje (Zachary Quinto) para rescatarla a ella. Las vueltas de la trama es mejor no adelantarlas, claro, pero sería ideal hacerlo para entender al 47 del título. El protagonista, Rupert Friend, es recordado por pequeños y no tan pequeños personajes en películas de época realizadas en la última década – como Orgullo y prejuicio o La joven victoria y por su participación en la serie Homeland. Debido a la forma en que está presentado en el guión, es muy complicado identificarse con él, pero eventualmente algo de conexión aparece. Igual su carisma para la pantalla grande en un papel como este está lejos de ser el de una estrella. Este asesino a sueldo modificado genéticamente es una verdadera máquina de matar. Pero no todo es tan sencillo como parece y las cosas se le complican, tanto a sus jefes como a él. Son pocas las escenas de acción que están bien y prácticamente ninguna quedará en la historia, o al menos eso parece.