Woody Allen en tono de comedia negra.
Por amor a Dostoyevsky
Allen y la literatura rusa. Un affaire que continúa -y crece- con el paso de los años. El fanatismo del viejo y querido Woody por Fiódor Dostoyevski ya es casi una marca registrada de su cine. No son pocas las películas del director de Annie Hall que hacen referencia a la obra del escritor oriundo de Moscú. Por ejemplo Crímenes y Pecados, Match Point, El Sueño de Cassandra, incluso en su comedia de 1974 La Última Noche de Boris Grushenko (que no casualmente transcurre en la Rusia zarista) podíamos encontrar un elaborado gag que hacía referencia a varios títulos de sus novelas. Por eso Hombre Irracional podrá resultar más de lo mismo para algunos, pero los fieles seguidores de Allen encontrarán aquí una de las comedias más atípicas de su filmografía.
Abe Lucas (Joaquin Phoenix) es una suerte de estrella de rock entre los profesores de filosofía que, en plena crisis existencial y con algo de reparo, acepta un trabajo para enseñar en una universidad de Nueva Inglaterra. Su llegada revoluciona el campus y está en boca de profesores, alumnos y alumnas por igual. Una de estas es Jill (Emma Stone), una astuta y verborrágica joven de clase media que se obsesiona con Abe, y este, al ver un enorme potencial en ella, la toma bajo su ala. Comienza así entre ellos un juego de amor prohibido que los llevará a esconderse un alejado café y donde, de pura casualidad, Abe escucha una conversación que le terminará dando un nuevo sentido a su vida. Acongojada, una madre le cuenta a sus amigos como el juez que manejaba su divorcio y la tenencia de sus hijos falló inexplicablemente a favor de su ex-esposo. En ese momento Abe decide ejercer justicia divina. Se convence de que la señora y el mundo estarían mejor sin este juez corrupto, y a espaldas de Jill buscará eliminarlo cometiendo el crimen perfecto.
Hombre Irracional bien podría ser una de las primeras incursiones de Allen en la comedia negra, si tan solo fuera fácil encasillar dentro de un género -o sub-género- específico. Lo cierto es que el guionista y director de 79 años no deja de lado sus obsesiones y vuelve a trabajar sobre la fantasía de cometer el crimen perfecto, dando lugar a otros tópicos favoritos de su filmografía como son la culpa, la moral y la justicia, y el elemento más peligroso de todos: el azar. Pero en sentidas ocasiones sucede que la dirección de Allen va en contramano de su propio guión. Desde distendidas interpretaciones, pasando por juguetonas melodías de jazz y una colorida fotografía del iraní Darius Khondji, todo sugiere una liviandad que de a ratos se siente opuesta al relato, o al menos no del todo integrada al registro que sugiere. La película mezcla géneros en los que Allen suele sentirse muy cómodo, como son la comedia, el drama, y en menor medida el thriller, pero aquí le cuesta trabajo hacerlos funcionar todos juntos.
El papel de Abe es uno a la medida de Phoenix, un intelectual acosado por sus propios demonios. Es un rol que probablemente pase desapercibido en su carrera, especialmente luego de sus dos últimos trabajos con Paul Thomas Anderson, pero en el que el actor cumple sin mayores problemas. Por otro lado Emma Stone hace un trabajo muy divertido como un típica chica Allen. Y a pesar de haber estado nominada al Oscar por su solemne papel en Birdman este último año, es en mi opinión dentro del género de la comedia es donde podemos encontrar sus mejores trabajos (ver tan solo Easy A puede dar prueba de ello). En papeles más pequeños podemos encontrar a la "Reina del cine indie de los 90", Parker Posey, tambien en un papel sin mayores desafíos pero que se beneficia de su incuestionable talento para la comedia.
Conclusión
Hombre Irracional no se encontrará entre lo más destacado dentro de la enorme -en calidad y tamaño- filmografía de Allen, pero es interesante de ver como incluso en su película número 45 el director busca proponer algo nuevo, sin dejar de lado sus mañas. Es un film oscuro y pesimista disfrazado de una comedia light. No hará absolutamente nada por cambiar la opinión de sus detractores y quizás sean los fieles seguidores de Allen los que encuentren las razones para disfrutarla.