Hombre Irracional nos cuenta una historia que parece simple donde hay un profesor que ya no le encuentra sentido a la vida, y que por varios hechos en cadena le da un nuevo propósito a la misma. Una historia que desde un principio nos hará pensar que ya sabemos lo que va a pasar, lo típico, pero que con el transcurso de la misma este pensamiento se va diluyendo a causa de varias facetas cambiantes en una línea principal que no termina de ser clara, pero no por eso mala. Quizás por hechos que para algunos pueden resultar ridículos como para otros sorprendentes pero la trama de Hombre Irracional no termina teniendo un objetivo principal, sino que se va construyendo en base a varias historias, algunas con más importancia que otras, y que dependiendo el espectador pueden terminar dejando una sensación de desconcierto o gratificación al tratarse de algo diferente principalmente, y repito, porque personalmente la historia toma un giro realmente inesperado a lo que venía esperando de la misma, tanto para el inicio de la trama, como en el final que es a todo bombo y platillo.
Como es costumbre, Woody Allen hizo de las suyas con el guion. De esos guiones que marcan claramente un público especifico al que apunta la producción, siendo extenso y lleno de tecnicismos, potenciado por la introducción constante de un glosario filosófico. Súper recomendable para quienes ya estén acostumbrados a la calidad de Woody, siendo este el punto más alto de la película, cuidando cada detalle del mismo y, si se entiende, logrando una gratificación constante en el espectador con cada párrafo. Ahora bien, si el público no está acostumbrado a este tipo de producción, el uso de un guion así pueden resultar en un total fiasco y provocar un dolor de cabeza constante provocando en el espectador el deseo de que la película termine lo más pronto posible.
Las actuaciones estan bien, sin ser extraordinarias. Si bien la película involucra constantemente a varios protagonistas, claramente todo se enfoca en Abe (Joaquin Phoenix) y Jill (Emma Stone). Emma nos regala un papel correcto como nos tiene acostumbrados, interpretando excelente a una estudiante universitaria muy cambiante sentimentalmente, pero que sin duda donde más se destaca es en las escenas donde sale a relucir toda su belleza y poder de seducción. Joaquin Phoenix, por otro lado interpreta al profesor de filosofía Abe, un seductor venido a menos con un historial grande en lo que respecta a "amor", cuando la vean lo entenderán. Joaquin parece no encajar con el perfil de lo que uno espera del protagonista, aunque mucho de la película no es lo que uno esperaba de antemano, un tanto inexpresivo por momentos o sobreactuado por otros, pero que de igual forma no desentona, aunque personalmente considero que no es su mejor interpretación.
Una crítica al film es la banda sonora que es realmente floja, si bien la canción principal no está mal y encaja con el tipo de producción, es prácticamente la única que hay y se repite en varias ocasiones generando cansancio por momentos.