Ecuación, los malditos de Dios” es la segunda película dirigida por Sergio Mazurek (la anterior fue “Lo siniestro” de 2009). El film es una nueva apuesta del cine nacional por el terror de bajo presupuesto. El elenco está formado por Carlos Echeverría, Roberto Carnaghi, Diego Alfonso y Jorge Booth, entre otros, y el guión es de Guillermo Barrantes. La trama se centra en el doctor Hermes Vanth (Carlos Echeverría), un médico cuya vida cambia cuando a su alrededor comienzan a suceder una serie de muertes accidentales y en todas ellas está presente un misterioso anciano. Precisamente, es cuando fallece Ana, su pareja, que Hermes comienza a investigar en busca de respuestas, en un mundo donde se mezclan las ecuaciones matemáticas con los evangelios apócrifos y que traerá como consecuencia un sorprendente final. Como podemos apreciar es una idea sumamente ambiciosa, que no llega a buen puerto y deja en el camino unos cuantos cabos sueltos que hacen referencia a la relación entre Hermes y su pareja, los cuales aportan una intriga a la trama en sus primeros minutos y, después, quedan en la nada porque no se los vuelve a mencionar. Otro de los puntos que le juega en contra es que resulta muy difícil para el espectador entender la vinculación entre la matemática y su lenguaje científico con el mundo sobrenatural y religioso que nos propone esta película. Para lograrlo se pierde mucho tiempo en explicaciones que resultan anti-climáticas por la enorme cantidad de información que los espectadores deben procesar sobre estos temas complejos. Asimismo, la poca empatía que genera el inexpresivo Carlos Echeverría resulta muy difícil identificarse, un problema similar al que tiene en los dos aspectos “El código Da Vinci” (The Da Vinci code, Ron Howard 2006). Roberto Carnaghi, actor más conocido del elenco, es una buena elección para el papel de sacerdote, pero comete el error de hablar de “tú” con acento porteño, lo cual resulta inverosímil. Sin embargo, no todo es negativo ya que hay que reconocer los méritos técnicos como la fotografía de Leonel Pazos Scioli, basada en tonos fríos y los ángulos inclinados, propios del cine negro, que generan un extrañamiento que ayuda a generar, junto a la música de Mariano Pirato, un clima intrigante que no tiene nada que envidiarle al género de terror del cual forma parte. Además, se destaca una escena de créditos que comienza luego de un prólogo, prometiendo una película atrapante que al final termina decepcionando por sus problemas de puesta en escena. En conclusión “Ecuación, los malditos de Dios”, está muy bien lograda en cuanto a sus aspectos técnicos, mejor aún si tomamos en cuenta su bajo presupuesto. Por el contrario, falla al igual que en las últimas películas de M. Night Shyamalan, en el guión y las actuaciones. De todas formas, estas apuestas nacionales al cine de género son bienvenidas debido a que les dan esperanzas a los jóvenes realizadores cinéfilos formados en el cine de grandes directores como John Carpenter, Joe Dante, George Romero, entre otros, que quieren contar historias entretenidas vinculadas con lo fantástico.
Prácticamente 4 años pasaron para que podamos volver a ver a Steven Spielberg en una producción de este estilo, siendo la última "The Adventures of Tintin", en 2011. Claramente no es un director reconocido por este tipo de producciones, que si bien logran aceptables críticas no llegan al poderío de otras, como por ejemplo la reciente cinta “Bridge of Spies” o la clásica “Jurassic Park”. Lo cierto es que Steven cada tanto merodea en este tipo de producciones animadas, familiares y dirigidas principalmente a un público infantil. En esta ocasión se nos presenta con una película que, a priori, nos deleitaba con imágenes extraordinarias de un mundo gigantesco y, aún sin estar muy clara, una historia madura para público general. Sí, estamos hablando de la nueva producción de Disney “El Buen Amigo Gigante”, adaptación de la novela homónima de Roald Dahl, "Big Friendly Giant" (BFG) que vio la luz en 1982 y que este año lanzo una nueva versión que se puede conseguir por unos pocos dólares en Amazon, aprovechando el estreno de la película. Al no ser un material muy conocido en nuestra región, trataremos de dividir la crítica entre quienes leyeron el libro y quienes no, comenzando por estos últimos. “Un mundo gigantesco, no tan gigantesco” Sin duda uno de los puntos que más nos decepciono de la producción, es el de las locaciones. Fuimos preparados para una película que nos deleite por su cantidad y calidad de paisajes, pero lejos quedamos de ello. La cinta transcurre en su mayoría en las mismas 3 o 4 locaciones que no son explotadas al máximo en su ambiente, salvo la de BFG que realmente es la más atractiva y otra que no entramos en detalles para no spoilear, pero que es realmente hermosa aunque apenas dura unos minutos y no volvemos a pisarla nunca más en el imaginario mundo de “El Buen Amigo Gigante”. Que estructuralmente nos hacen sentir que estamos ante algo gigante, es claro, pero visualmente esta hipótesis se derrumba rotundamente. Así como criticamos el punto anterior, debemos alagar el CGI. No es “El Libro de la Selva” ni “Warcraft”, pero sin duda está entre los mejores del año. La puesta en escena entre humanos, gigantes y locaciones están muy bien realizadas, aún con escenas que podrían demostrar flaquezas ante la dificultad de las acciones, la producción no decae y mantiene un nivel óptimo. Basándonos en la adaptación, no hay nada para reprochar. La producción representa las distintas locaciones de la novela con exactitud, agregando en varias de ellas detalles y dimensiones que no se pueden ejemplificar en un libro. Finalizando el apartado técnico, destacamos la banda sonora con música principalmente orquestal que sin ser abundante, encaja perfectamente en las escenas que lo requieren. El vestuario, visto desde el punto de la adaptación, es idéntico al de los gráficos de la novela en todos los personajes. “De la madurez a la niñez” Cortita y al pie, esta frase describe a la perfección el desarrollo de la historia de “El Buen Amigo Gigante”. Una trama que a lo largo de los minutos, y casi en su totalidad, se mantiene en un perfil de madurez extraordinario pero que recae en un nivel de niñez imperdonable sobre el final. Lamentablemente esto hace que nada quede claro. Ni a que público apunta la producción, si el desenlace vergonzoso es adrede o involuntario ante la falta de recursos imaginarios o si simplemente la producción se llevó a tal punto de madurez que no quedo otra que “salvarla” de esa forma. La realidad es que nos deja atónitos y, perdonando la palabra, con una expresión de WTF ante semejante cambio de línea argumental, sin anestesia. Sumado a lo anterior, el interesante guion recae en los pecados de la trama. Principalmente consumido por BFG y Sophie nos encontramos con una lectura difícil de llevar para cualquier niño, dado que como BFG tiene algunos inconvenientes para hablar, las palabras son desarmadas con un predominio gramatical de la primera persona del singular que encima por momentos se expande a otros personajes con el fin de agregar el recurso de la comedia y siguiendo los lineamientos de la novela. Al igual que el apartado anterior, si nos basamos en la adaptación, Steven Spielberg no deja cavo suelto y representa hoja por hoja la novela en esta producción. ¿Acierto o error? Un poco de ambos. Para el libreto, la adaptación está realizada ejemplarmente, pero para quien no conoce o no sabe que es justamente una adaptación el resultado puede resultar catastrófico ante semejante fidelidad. Sin duda el punto más alto de la producción recae en las relaciones que forma. Flaquea un poco en el desarrollo de los personajes en sí mismos, pero brilla en las relaciones que forman entre sí, donde claramente se destacada la de BFG y Sophie que se va transformando a lo largo de los minutos, generando entre ambos un conjunto donde cada uno solapa los defectos del otro y aumenta exponencialmente las cualidades. “El Buen Amigo Gigante” o “BFG” en su título original, es una adaptación prácticamente perfecta de la novela de Roald Dahl. Como película, la distribución mundial le juega una mala pasada en regiones de desconocimiento del autor o la obra, dejando una producción que podría catalogarse como “para el olvido” a raíz de los puntos mencionados anteriormente.
¡La espera acabó! La esperadísima adaptación del mundo Warcraft ya está entre nosotros. Para quienes no lo conocen, Warcraft aparece en 1994 como uno de los primeros videojuegos RTS (estrategia en tiempo real) convirtiéndose rápidamente en uno de los pilares del género que no solo supo sacar sus precursores, sino que también cambio la infancia (o más) de mucha gente asidua a los videojuegos con la aparición del Word of Warcraft allá por el 2004, siendo de los videojuegos más importantes del genero MMORPG (videojuego de rol multijugador masivo en línea) desde sus inicios hasta la actualidad con millones de seguidores de este y sus expansiones. Saltando al tema que nos compete y focalizando principalmente en los seguidores, más allá de la confianza que se pueda tener en una empresa de la trayectoria de Blizzard, el experimentar en materia cinéfila justo con su mayor franquicia nos hacía dudar si lograrían traer una producción con el nivel necesario para satisfacer a sus seguidores, y por qué no sumar a otros. Aún con sus seguidores como detractores, finalmente la producción vio la luz y vamos a analizar si es digna de la franquicia Warcraft. Como bien nos anuncia su título, “Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos” nos lleva de lleno al inicio del más importante conflicto de razas en el mundo de Azeroth donde luego de años de paz un nuevo, desconocido y peligroso enemigo azota las tranquilas tierras del reino, focalizándose en los conflictos que dan origen al videojuego Warcraft: Orcs & Humans. En repetidas oportunidades escuchamos al director Duncan Jones mencionar que busco mantener lo más fiel posible la película a lo que representa Warcraft pero sin llegar al punto de sacar una producción que sea dirigida únicamente para los fans y no el público general que decide asistir a ver la producción y que no tiene la más pálida idea de que es Warcraft y su universo. ¿Lo logro? Si, claramente Warcraft es una película que logra satisfacer a los fans como también incentiva a interesarse con este maravilloso mundo a otros espectadores y porque no, fanatizarlos. Actuando esta primera entrega como “introducción”, Warcraft nos trae una historia que lejos está de apuntar a un público de niños, más allá de la sencillez de la trama aún con sus sorpresas, con un guion frio y maduro que no recae en el género de la comedia salvo un par de líneas y una historia que en contraparte de hacernos reír, nos emociona con el drama que presenta a lo largo de los minutos y que se acrecienta hasta el final. Uno de los puntos que tanta intriga generaba principalmente en los fans y que cumplió ampliamente. Dicho esto, donde si flaquea un poco la producción es en el desarrollo de los protagonistas. Aún con una participación súper equitativa entre los personajes principales de ambas facciones se nota un cierto favoritismo hacia la horda, que de igual forma nos termina dejando con sabor a poco, salvando a Gul'dan y Garona, y nos decepciona la poca participación de algunos otros como Orgrim del lado de la Horda, con un actor fanático de la franquicia que se podía haber explotado mucho más, y Karos del lado de la Alianza que prácticamente esta dibujado. Otra cosa que se extrañó, aunque justificable de acuerdo a donde está orientada la adaptación, es la mayor participación de otras razas que increíblemente asumen un papel únicamente diplomático y poco trascendental, que si bien entendemos se unirán a la causa en posibles futuras entregas de acuerdo a lo acontecido en la presente producción y el poderío Orco, le hubiese dado a la película un lindo grado de emotividad aún sin entrometerlas en la línea principal de la trama. Dejando de lado la historia, pasemos al punto ALTISIMO de la película. Técnicamente este año disfrutamos de El Libro de la Selva y creímos que difícilmente alguna producción del año superase el CGI que nos mostró, hasta que llego Warcraft. Como era de esperarse, Blizzard puede fallar en sus productos con algunas cuestiones, pero allí nunca reside la técnica y su producción cinematográfica es una clara muestra de ello. “Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos”, aún sin recurrir a grandes batallas, justifica el tiempo de desarrollo e impresiona en su nivel de CGI con decenas de locaciones maravillosas, escenas con planos excepcionales y personajes con un nivel de detalle que impresionan en su realismo y puesta en escena, además de un más que digno uso de la tecnología 3D. Todo esto prácticamente nos hace perder la atención en varios Easter Egg que se pueden encontrar en las escenas. Realmente dudamos nuevamente que alguna de las producciones restantes del año pueda superar el nivel de CGI que nos regala Warcraft. Respecto a la banda sonora, principalmente estilo orquestal, también indica un cierto aprecio principal hacia la facción Horda donde abunda lo sonoro frente a la Alianza con decenas de sonidos característicos de la facción, aunque en general no se siente tan preponderante en la tensión de las escenas. Warcraft, aún con sus errores, es una digna adaptación del famoso videojuego con una historia madura que no se deja caer en las facilidades del uso de recursos que harían perder la fidelidad de la franquicia, apoyada de un impresionante nivel técnico donde se destaca el uso de CGI.
No hay que ser muy visionario para decir que LEJOS hace años el género de terror es quien menos aporta en materia de calidad al Séptimo Arte pero no así en ganancia, ya que varios estudios realizados en la última década lo pusieron entre los más redituables en comparación costo/ganancia donde el Top Ten estaba formado justamente por producciones de muy bajo costo, de mala calidad técnica y argumental y con recursos repetitivos, como las que vemos que salen a mansalva hoy en día y no vale la pena mencionar. Pero acá estamos, somos los que aún no nos rendimos y no consumimos esos productos con la fe del relanzamiento del género y es justamente esto lo que convierte a James Wan al Rey del género de la última década gracias a su atrevimiento de hacernos creer nuevamente que hay esperanza y motivando a otros directores a arriesgar a este tipo de producciones como "El Conjuro", dando como resultado: "It Follows" (2014) o "The Witch" (2015), dos grandes producciones de los últimos años que se suman a la ayer estrenada y aclamada “El Conjuro 2”, que con solo unas horas del jueves se clava en lo alto del Top Ten de ventas en Argentina con 75.000 entradas adquiridas a lo largo y ancho del país. ¡Enjoy! Pasando al tema que nos compete y como ya se imaginarán, James Wan lo hizo de nuevo. "El Conjuro 2" no tiene nada que envidiarle, y hasta podría decirse que es al revés, a su anterior entrega. Aún con numerosas modificaciones en el equipo artístico con respecto a la primera entrega, aunque se mantienen en las aristas más importantes, la producción vuelve a destacar con escenografías esplendidas y repletas de elementos de la época, con sets que, dejando de lado el ambiente que genera la producción, son dignísimos de apreciar y perder nuestra concentración en ellos. Para los menos apreciativos del arte cinéfilo, dirán: ¿Pero que es un buen set sin una banda sonora que acompañe? Y es aquí donde, valga la redundancia, lo hizo de nuevo pero en este caso Joseph Bishara y todo su equipo de trabajo. Quizás se opaca por el tamaño de la producción y una banda sonora que abunda casi silenciosamente pero que es realmente fundamental para el ambiente de la película y que además agrega varios sonidos casi inaudibles para quien lleva la tensión a tope pero que encajan a la perfección y le dan más mérito al equipo de la producción y más rica a la misma, sin tocar siquiera el uso de material original, al igual que su antecesora y que en cualquier tipo de producción hace subir el nivel de prolijidad y calidad de la misma. Pasando a uno de los puntos más críticos que fuimos viendo en estos años del público no habitué cinéfilo o casual (o como quieran llamarlo) y que ponía en duda la inmensidad de “El Conjuro” y su catalogada “La mejor película de terror de los últimos años”, volvemos a decir que no esperen una producción como las blasfemias que salen normalmente y apuntan su “éxito” a la ganancia basándose sus producciones en técnicas repetitivas o las llamadas en la jerga “salto de butaca”. James Wan no sale de su libreto, y aunque nos da el gustito del susto repentino en más de una oportunidad, nuevamente predomina ese nuevo paradigma de un terror ambiental que se va profundizando con el pasar de los minutos (erizándonos los pelitos) con un congloben de lo mencionado anteriormente más un guión, nuevamente realizado por los Hayes y la colaboración de James Wan y David Johnson, que sin ser extenso es sumamente profundo y no tiene altibajos poniendo al público en un gran sentimentalismo hacia los personajes en varios ocasiones. Cerrando nos queda tocar el tema de los personajes, algo muy característico de James Wan. Ya lo vimos en "El Conjuro" e "Insidious", donde pudimos apreciar personajes de entes/fantasmas/demonios que salen de lo habitual y que pueden surgir solamente de la mente de un genio. Obvio, "El Conjuro 2" no es la excepción y la realización y puesta en escena de los 2 principales es simplemente espectacular, aún con menores apariciones que lo que fueron los de la primera entrega. El mismo hermetismo de la perfección por parte del director lo podemos encontrar en Madison Wolfe que encabeza el papel principal como Janet Hodgson, la cual, según confirmó el director, la encontraron luego de realizar audiciones por varios países y que digamos dio justo en el clavo. La joven actriz, que ya pudimos verla en varias producciones aunque no en este nivel, lleva por delante un papel por demás complejo a la perfección donde se fuerza al máximo cada una de sus apariciones en escenas mostrándonos el gran futuro que tiene por delante, dejando en clara evidencia a la gran Frances O'Connor y su nivel que en esta producción no es bueno con un papel que por momentos nos deja atónicos pero no por sus acciones, sino justamente por sus inacciones o falta de personalidad ante la situación de las escenas. Por último. ¿Qué decir de Patrick Wilson y Vera Farmiga? Simplemente nada para reprochar en sus papeles al igual que en la primer entrega donde no solo se destacan por sus personajes en sí, sino por el conjunto que forman en su matrimonio y como cada vez nos hacen encariñarnos más con ellos. ¿Cumple las expectativas "El Conjuro 2"? Si, sin lugar a dudas. Una producción que crece desde su antecesora manteniendo todos sus lineamientos principales, con detalles técnicos impecables y una trama, que si bien es sencilla y deja entreverse rápidamente el secreto de fondo, engancha hasta el final y agrega varios detalles interesantes. ¡Ah! ¡Sí, se van a asustar!
Capitán America: Guerra Civil (Captain America: Civil War) retoma la historia de Los Vengadores poco tiempo después de la lucha contra Ultrón en Sokovia. Se puede observar cómo los directores decidieron sacar a la luz diferentes víctimas inocentes que dejaron como resultado las peleas que llevaron a cabo estos superhéroes a lo largo de los años, y cómo ellos no se percataban que por hacer justicia, a su vez eran injustos con otros. Un dilema de largas charlas de Bar entre fanáticos y que por fin, un universo se atreve a tocar, aun siendo tan crítico con su inmensidad tanto de detractores como defensores, dando al público una nueva perspectiva de producción del mundo de superhéroes tocada con la frialdad necesaria como para involucrar al espectador. Todo esto trajo una trama mucho más madura y oscura nunca antes vista en otra película de Marvel Studios, que no deja cabo sueltos y donde abundan las sorpresas, tanto para ambas líneas de la historia que logran perdurar la incógnita y el hermetismo principal hasta el final de la producción, aun con su simplicidad característica del género, como algunas joyitas que nos traen los Russo en cuanto a personajes y que dan un resultado más que agradable para cualquier Marveliano. Las dos horas y media pasan volando, a tal punto, que uno no se da cuenta del paso del tiempo y cuando termina la película, se queda con ganas de más, aun sin requerir la producción de sistemáticas escenas de acción que aunque están soberbiamente logradas, podrían ser consideradas como un aperitivo más para no dejar pasar gigantesca producción. Ahora bien. ¿Por qué es esto? Ademas de lo mencionado anteriormente, en primer lugar, porque tenemos la introducción de nuevos personajes. Por un lado, T’challa, o mejor conocido como Black Panther, interpretado por el actor Chadwick Boseman, un rey cegado con sed de venganza; un personaje que promete bastante y abre grandes puertas en el universo Marvel. Por otro lado, uno de los personajes estelares que todo el mundo esperaba, la aparición de Tom Holland en la piel de Peter Parker/Spiderman, que la rompe en este rol. Esta nueva versión de Peter más joven encaja muy bien dentro de la película y en el Universo Cinematográfico, y es otro de los personajes que promete mucho para sus películas en solitario con un perfil mucho más carismático de lo que venimos acostumbrados. El resto de los protagonistas, con mayor o menos preponderancia, no desentonan en ningún momento teniendo todos su mínima participación para no dejarnos con el gusto, algunos con un perfil más alegre, como Ant-Man (Paul Rudd) o Hawkeye (Jeremy Renner), y otros más sombríos como Vision (Paul Bettany) o Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), pero sin salirse de los límites que amerita el conflicto que se desarrolla. ¿En contra? Si, podría considerarse la participación de Black Widow (Scarlett Johansson) como demasiada diplomática, aunque quien ya vio la película podría tirar por la borda esta teoría con la descripción de un par de escenas, razón por lo cual resulta completamente objetiva cada opinión. En cuanto a los villanos, Crossbones tiene una aparición reducida pero es uno de los detonantes fuertes para el desarrollo de la película, tal como Zemo (Daniel Bruhl), un ex-soldado, frío y calculador, que busca venganza por todos Los Vengadores. Y no podemos tocar más para no entrar en Spoilers, pero si garantizamos que el resto de los “villanos” mantiene un nivel más que aceptable. En conclusión, la estructura narrativa, uno de los puntos más altos, se sostiene con una base muy fuerte y no decae en ningún momento, donde los directores/guionistas supieron manejar muy bien el balance entre todos los personajes que aparecen en esta película, donde las participaciones se ven acompañadas de un guion sólido y maduro que sabe cuándo ser oscuro y cuando no, utilizando decenas de líneas tanto fuertes como cómicas que por suerte se adaptan a la perfección y no llegan a ser excesivas, aprovechando el disfrutar de la producción en su versión subtitulada y que esperemos tenga un resultado igual de satisfactorio en su versión doblada. Por último, la banda sonora, que vuelve al mando de Henry Jackman, quien estuvo a cargo de la música de "Capitán America: El Soldado de Invierno", en la que incluyó un tono mucho más misterioso y diferente al estilo heroico y triunfal que había dejado Alan Silvestri en "Capitán América: El Primer Vengador". En este caso, el compositor decide fusionar ambos estilos para crear una fuerte banda sonora, que acompaña perfectamente cada escena, en especial, las escenas de batallas. Lo único malo que se puede decir al respecto a esta cuestión, es que el compositor no supo aprovechar la oportunidad de utilizar algunos de los leivs motivs previamente instalados en las otras películas, o la famosa melodía de Los Vengadores, que hubiera quedado muy buena si se le daba un tono más sombrío para esta película, por el ya sabido enfrentamiento. En conclusión, podemos decir que esta nueva entrega de Capitán América va a dejar más que satisfechos a los fanáticos de la saga cinematográfica y a los no tan fanáticos, con nuevos personajes y situaciones que prometen una Fase 3 cargada de acción y misterio por descubrir.
De la mano del debutante director de largometrajes Dan Trachtenberg nos llega "Avenida Cloverfield 10", una producción de suspenso que busca a lo largo de la misma mantener la incertidumbre en el público sobre lo que está sucediendo en un film donde todo transcurre en base a tres protagonistas y el 99% de la duración en un mismo ambiente. Un objetivo difícil para el joven Dan, que deberá mantener la atención del espectador en un ambiente seriamente complejo donde cualquier sospecha puede arruinar la experiencia final. ¿Lo logra? Qué pasaría si luego de un accidente automovilístico te despertas en una habitación de un lugar que desconoces, amarrado/a de una pierna a la pared, y que quienes te tienen ahí te informan que el mundo se acabó a causa de un ataque químico generalizado que contamino todo el aire. Una situación un tanto compleja que le toca vivir a Michelle (Mary Elizabeth Winstead) en esta producción, que como dijimos, apunta a mantener la intriga sobre lo que está sucediendo, tanto en el interior como en el exterior, jugando además constantemente con la incertidumbre de quien es realmente un amigo o enemigo, conociendo con el pasar de los minutos las distintas facetas de los protagonistas, logrando relaciones muy cambiantes entre los mismos. En este último punto hay que destacar a John Goodman que hace un papel excepcional, diría el mejor en su carrera, con un protagonista multifacético y hasta podría decirse psicótico que juega con el público ante la confianza y la desconfianza asiduamente, manteniéndonos en vilo sobre su verdadera personalidad hasta casi el final de la película. Continuando nos encontramos con Mary Elizabeth Winstead que lamentablemente, y justo con el papel protagónico, no logra transmitir al público o por lo menos para quien escribe, ese sentimiento que tendríamos cada uno de nosotros en las distintas situaciones que atraviesa, desperdiciando en varias oportunidades el ambiente inhóspito que se busca lograr, pareciendo en ocasiones altamente inexpresiva en escenas tan fuertes que deberían superar el límite de la racionalidad. Por último nos encontramos con Emmett (John Gallagher Jr.), un protagonista que no termina de ser clara su preponderancia más allá de la participación en un par de escenas vitales, tal que por momentos pareciera ser totalmente descartable para la trama principal de la película. Continuando con la trama, hay que decir que tiene poco y nada que ver con la película "Cloverfield" estrenada en 2008, un dato más que importante ya que puede llevarnos a sacar conclusiones equívocas y premeditadas sobre lo que sucede. Dejando de lado esto y tras una lenta introducción con escenas por momentos inexplicablemente extensas el film logra mantener ese misterio buscando, con varias escenas donde parece que todo se va a resolver y no termina sucediendo, animar al público a seguir prendido de la trama aun con un clima de suspenso que no logra su objetivo durante gran parte de la producción, remontando casi al final pero sin poder salvarlo. Quizás por la inexpresividad de la actriz principal o la falta de una banda sonora instrumental que acompañe a las escenas, la realidad es que no nos deja al filo del asiento por lo que debemos conformarnos con la adrenalina que nos genera la incertidumbre tanto de los protagonistas como del ambiente que los rodea, que se cuida minuciosamente a tal modo que algunas cosas que surgen no terminan de ser claras o revelarse completamente, como, sin entrar en spoilers, el tema de la familia de Howard. Técnicamente no hay mucho para objetar u opinar, la película comienza con una gran banda sonora que con el transcurso de la producción se va dejando de lado, y escenográficamente casi en su totalidad la producción transcurre en un ambiente pequeño y cuando no, en una zona rural por lo que no hay mucho para destacar. El guion es aceptable, lo esperado teniendo a Josh Campbell aportando al mismo. Así como su campaña publicitaria, "Avenida Cloverfield 10" es rara. Pueden verla como una buena película de misterio que lejos esta del suspenso en la que se encuentra catalogada, claramente potencia por un nivel de actuación soberbio de John Goodman y una trama bien cuidada. Un dato que no puedo pasar por alto, el desenlace del final es vergonzoso.
Basada en la biografía del esquiador Eddie Edwards, apodado como "El Águila", nos llega una de ESAS historias que casi nadie conoce, por poca popularidad, relevancia o simple alejamiento del deporte que referencia, que sin tener una gran base construye una trama espectacular y nos invita y hasta incita a explorar el tema que nos compete y porque no, interesarnos como una nueva afición a la aplicación o seguimiento audiovisual. Con un fuerte uso del recuso de auto superación, “Volando Alto” nos mete de lleno en una historia que va de menor a mayor y que nos lleva a conocer las distintas facetas de madures no solo de Eddie Edwards, sino de prácticamente la totalidad del elenco que lo rodea y eso es lo que la convierte en una trama tan madura, que ante la complejidad de traernos una historia verídica lejos está de aburrirnos, caso contrario, catalogada perfectamente en una comedia dramática que lleva a replanteamientos, risas y fuertes emociones . Si bien Eddie, a lo largo de los 3 actores con los que es representado se lleva la línea principal de la película, todo lo que le sucede, hace o dice repercute en cada uno de sus allegados que en forma más o menos lenta el espectador empieza a sentir el cambio, principalmente con Terry (Keith Allen) y Bronson Peary (Hugh Jackman), dando aún más grandeza al film y llevándolo a un sentido más amplio que el de la biografía y el logro obtenido por el personaje principal que es ENORME dadas las adversidades y peligros que debe afrontar desde su niñez hasta su madures y que nos lleva a decir: ¡No matemos los sueños de nuestros hijos! Si bien no podemos comparar la interpretación de Taron Egerton con su papel asignado por un tema de material bibliográfico, el desempeño es más que aceptable para el espectador y correcto según medios internacionales, dejando de lado algunos gestos que realiza y que por momentos parecen demasiado forzados. Técnicamente nos encontramos con una producción más que digna. El guion, que al igual que la dirección esta manejado por prácticamente debutantes en la materia, no tiene altibajos manteniéndose durante lo largo del film en buen nivel y profundizando para lo dramático o cómico cuando la producción lo amerita. Visualmente la producción tampoco desentona, si bien en la mayoría de las escenas abunda la nieve las distintas locaciones están bien editadas para la época y hay un gran uso de los planos en las escenas que lo requieren, o sea, la de los bifes contra la nieve. Lo que sí, se extraña el uso de material bibliográfico original en las escenas, tan característicos del género y que en esta producción es prácticamente nulo aunque justificable dado la época y como se van desarrollando los eventos. Por el lado de la banda sonora, principalmente instrumental, es uno de los puntos flojos de la producción. Si bien las composiciones están bien realizadas contemporáneamente, es algo acotada y sumamente repetitiva.
Pasan los años y Robert De Niro me sigue sorprendiendo a más no poder, un actor de una trayectoria extraordinaria que cambia constantemente de género entre una producción y otra, manteniendo un nivel promedio de bueno para arriba, algo que no muchos pueden hacer. Sin ir muy lejos este año trabajo en “El Becario”, una linda comedia donde se llevó todos los elogios por su papel y ahora se prepara para el estreno de "BUS 657 El escape del siglo" o "Heist" en su idioma original, una mezcla de acción, drama y thriller poniéndose en un papel protagónico de un dueño de un millonario casino, que de bueno tiene poco. Es esta última producción la que venimos a analizar en esta ocasión, próxima a estrenarse en el verano de 2016 en nuestro país. Además de Robert De Niro, en "Heist" también nos encontramos dentro del elenco principal con Dave Bautista ("WWE"), Gina Carano ("Rapido y Furioso 6"), Jeffrey Dean Morgan (Tomara el papel de Negan en "TWD") y Morris Chestnut ("Kick Ass 2"), un elenco acorde a una producción que es una mezcla entre dramatismo y adrenalina en base a la trama y el desarrollo de la misma. ¿Hasta dónde llegarías para salvar la vida de tu hijo/a? Ese es el lema de esta producción que nos cuenta como un padre (Vaughn), croupier de un importante casino flotante, necesita urgentemente una gran suma de dinero para pagar el tratamiento médico que requiere su hija, que por lo que se entiende está al borde de la vida y la muerte. Por alguna razón mágica, ya que no hay ningún indicio justificable más allá de una escena que no indica nada especifico, un empleado de seguridad del casino (Dog) le ofrece a Vaughn un trato para asaltar el casino en el que ellos trabajan, que tiene como dueño al apodado “El Papa” (Robert De Niro). El asalto no sale tal cual lo esperado y Vaughn, Dog y un tercero participe secuestran el autobús 657 para escapar del equipo de seguridad del casino con el dinero. Hasta acá llega el drama, de acá en más nos encontramos con una película con adrenalina pura, con una buena dosis de acción y suspenso, en una historia que tiene varios giros interesantes e inesperados, o por lo menos para quien escribe, que harán elevar la tensión del espectador. Veremos una producción donde todo parece simple en un principio y luego se va acomplejando más, con Vaughn que se suma a este plan pero parece no estar preparado para él y con un equipo de asalto que no termina de definir quiénes son sus enemigos, si la policía, el equipo de seguridad del casino, el público del colectivo o sus propios compañeros. En contraparte, así como decimos que la historia tiene varios giros interesantes, hay que mencionar que la misma tiene un uso abusivo del recurso de la casualidad, que tapa errores ENORMES sobre distintas cosas que pasan, pero que bueno, al no tratarse de una película que apunta a tener su fuerte en este aspecto, es un tanto perdonable, aunque queda a criterio personal del espectador. Por otro lado, las actuaciones son buenas, no son extraordinarias pero cumplen con el tipo de producción. A su vez, las escenas de acción están bastante bien logradas junto a una buena banda sonora. En Fin, de "BUS 657: El escape del siglo" cumple en entretener con una trama cambiante que desafía la imaginación del espectador junto una buena dosis, y mezcla a la vez, de acción, suspenso y drama, recomendable para subir la tensión del público en las butacas.
Llega la primera semana de estrenos del 2016 y con ella la primera película de animación del año, un género que crece constantemente. Estamos hablando de "Snoopy y Charlie Brown: Peanuts, La Película", dirigida por el inexperto director Steve Martino, siendo esta su tercera película animada junto a "La Era de Hielo" y "Horton", más un par de cortos animados. La pareja inseparable de Charlie Brown y Snoopy siguen intactos y lo demuestran en esta adaptación al cine de la famosa tira cómica de Peanuts, donde quienes se sentían identificados con el personaje de Charlie Brown por su mala suerte constante y los divertidos enojos, no hay duda que se encontraran con una más que grata sorpresa. Una de las cuestiones principales es que la película está orientada tanto para los niños como para un público mayor. Argumentalmente simple, nos encontramos con una producción que corre en paralelo dos historias principales que tienen como eje central el amor, donde por un lado tenemos a Charlie Brown y su drama con una chica que le gusta de la escuela a la cual no se anima a encarar por su personalidad tímida, haciendo esto que él busque decenas de opciones para llegar a ella indirectamente , mientras que Snoopy crea su historia imaginaria mediante la literatura estableciendo un mundo increíble con fuerte contenido histórico. De todas formas, ambas historias van de la mano fortaleciendo constantemente valores como la honestidad, lealtad o solidaridad y fomentando la amistad y el cariño entre pares, así como también en algunas partes deja a entrever una crítica al tan famoso y critico bullying que tanta repercusión tiene principalmente en los niños y jóvenes de todo el mundo. Si bien por momentos el guion es medio pesado para niños y apunta más a un público mayor, con uso de líneas que hacen referencia a hechos históricos o muy técnicos de vocabulario, la película en si lleva a cualquier niño a entretenerse solo visualmente con la cantidad incontable de cosas que le pasan a Charlie Brown y la repercusión tanto en su interior como en el ambiente que lo rodea generando escenas realmente cálidas para el espectador, con un diseño más que agradable para los ojos y que mantiene las características principales de la tira, sumando una banda sonora constante, principalmente instrumental y muy bien lograda, salvo en alguna que otra escena que parece media tirada de los pelos.
Casi 40 años pasaron desde la primera entrega de Star Wars, que marcaría un antes y un después en la historia del cine, llevándose todos los elogios y ganando seguidores por doquier, en ese momento de la mano del director George Lucas. Hoy, y luego de 6 episodios en manos del mismo director, la historia es distinta pero la magia sigue intacta. Disney adquirió ya hace unos años el estudio LucasFilm y relanzo la saga Star Wars con el anuncio de un nuevo episodio, marcando la locura de todos los seguidores, que estaría a cargo del reconocido director J.J. Abrams. Hay que mencionar que existía una gran incertidumbre sobre si la saga tendría un giro brusco y como esto repercutiría en la misma y en los seguidores. ¡Tranquilo! ¡Pueden dejar de lado sus miedos! Toda teoría que indicaba que J.J Abrams no lograría adaptarse y representar el mundo creado por George Lucas, quedo descartada. Star Wars: El Despertar de la Fuerza respeta a raja tabla las bases de la saga, hasta el más mínimo detalle, tan así que la película tiene un gran, posiblemente excesivo, parecido con otro episodio que no vamos a mencionar para que no arruinar la experiencia. Así que nostálgicos, preparen los pañuelos para la que ya es una de las películas con más ventas en la historia gracias al fanatismo de sus seguidores, que reúne a personas de todas las edades, porque así es Star Wars, tengas la edad que tengas cuando vez estas películas quedas impactado con el mundo creado y todo a su alrededor. Sin ahondar en muchos detalles, y como nos tienen acostumbrados, esta primera entrega de la trilogía sirve de introducción a la misma, tanto sumando a los personajes que continuaran en la próxima entrega como sacando a quienes no, con unas actuaciones más que aceptables salvo un protagonista preponderante en particular, que personalmente no me gusto. Si bien suceden muchas cosas, al ser repetitivas a anteriores películas, argumentalmente la producción es simple y no aporta mucho a la saga, más allá de los nuevos protagonistas y el inicio de un nuevo conflicto, pero el punto fuerte y el esperado por todos los fanáticos está, la nostalgia se siente en nuestro alrededor como la fuerza en los Jedi. En cada escena, en cada esquina o rincón, cada cosa que pase, salvo las obvias que nos harán lagrimear como niños/as, nos mantendrán con una sonrisa constante, tanto por el simple hecho de ver una nueva entrega de nuestra querida saga y sus protagonistas luego de tanto tiempo, como por el excelente uso del recurso de la comedia, mas potenciado que en anteriores entregas, con situaciones que sin duda nos harán saltar de la butaca, siendo este uno de los puntos que se rescataba principalmente en la primera trilogía, pero que en esta parece aun profundizarse más terminando siendo un aspecto muy alto de la producción y que sin duda agradecemos. “… tan tan tan, tan tarara tan…” Fiel hasta la medula, la banda sonora nuevamente es manejada por John Williams, creador de la música original de Star Wars, y ya se encuentra disponible para escucharla en Spotify con 23 temas disponibles que contienen nuevo material inédito, que mantiene el picor, como así también varios temas de entregas anteriores, aunque tengan cuidado ya que si se presta atención contienen algún que otro spoiler de la película, como ya paso en otras entregas. Ahora sí, EL PUNTO del que se esperaba un cambio claramente era desde el aspecto técnico, con algo mucho más visual hacia el espectador gracias al cambio de época y los avances tecnológicos desarrollados desde la última producción, más el entusiasmo particular por los tráilers marketineros que fueron liberándose. ¿Se cumplieron las expectativas? ¡SI! ¡Y en un gran margen por suerte! ¡Las escenas de acción son apoteósicas! Realmente muy bien logradas desde todos los aspectos, con ideas originales y un gran uso de las cámaras desde distintas perspectivas, algo que nos ponía al borde de la butaca de la emoción, aunque también hay que decir que el famoso 3D nuevamente es casi imperceptible salvo en un par de escenas en particular, cosa que lamentablemente sucede en la mayoría de las producciones, y esta no es la excepción. Saliendo del tema que nos compete, esto nos invita a pensar si es necesario urgente un cambio de tecnología o si las productoras no están aprovechando el máximo potencial de esta técnica. En síntesis, Star Wars: El Despertar de la Fuerza es el despertar de una pasión que tanto tiempo lleva en nuestras corazones hacia una de las sagas más populares de la historia, representada muy fielmente a sus antecesoras pero con un más que aceptable y esperado cambio de tecnología, mucho más vistoso. J.J. Abrams, quien ya no será el director del próximo episodio dejando su lugar a Rian Johnson, cumplió el pedido de todos los seguidores al traernos, aun con sus errores que van dependiente de los gustos de cada espectador, una de las más grandes producciones del año que sin duda cumple con ansias nuestras expectativas y nos pone a reiniciar nuestro reloj a la espera del Episodio VIII. “Que la fuerza los acompañe”