Moral inmoral
Vuelve el entrañable Woody Allen a las salas argentinas con una nueva, refrescante y profunda historia a la cual ya sus fanáticos deben (o deberían) estar acostumbrados. Si algo es destacable de la carrera de Allen es lo prolífica y bien recibida que es su obra a través del tiempo y de los distintos públicos que la frecuentan.
Luego de la guerra contra los falsos parapsicólogos en Magic in the Moonlight (Magia bajo la luz de la luna, 2014), rindiendo un clarísimo homenaje al gran Harry Houdini, llega el relato filosófico que para marcar paralelismos fuera de cualquier connotación con escritos de la filosofía contemporánea, los más jóvenes y allegados a la animación japonesa encontrarán realmente cercano al animé Death Note por varios motivos más que obvios luego de visualizar la película (no me pidan detalles).
Por la naturaleza de su obra, Allen suele entregar trabajos mínimamente ¨buenos¨ y su nombre en la dirección es un sello de confianza para cualquiera que siga su carrera, y si bien Hombre irracional no llega al nivel de sus mayores obras, tampoco se queda atrás respecto a sus últimos trabajos.
Desplegando un sinfín de teorías morales y amorales se nos presenta un Joaquin Phoenix (Her, Gladiator) con un papel que le queda a la medida de sus expresiones y apariencia y la cual coincide un tanto con la de su último papel como detective en Inherent Vice (Vicio propio) de Paul Thomas Anderson.
Si bien este cumple a la perfección con el papel caracterizado, no sería nada sin la profunda conexión con la bella Emma Stone, la cual repite consecutivamente co-protagonico en un film de Allen, como en la ya antes mencionada Magic in the Moonlight.
El trío Allen, Phoenix, Stone funciona perfectamente dando una definición suave y mordaz a la narración a cada nuevo paso dentro de la historia y puedo asegurarles que promete un continuo entretenimiento de calidad. De esa de la cual su director está acostumbrado a brindar.