La cultura pop en la máquina del tiempo.
En tiempos donde el abuso de los efectos especiales y el 3D parecen pisotear al relato cinematográfico, resulta unaagradable sorpresa el encontrarnos con esta nueva entrega de los Hombres de Negro en la cual el desarrollo de los personajes y la historia toma nuevos bríos narrativos.
La historia comienza en nuestros días con la fuga de una prisión lunar de un malévolo personaje alienígena llamado Boris el animal (interpretado por Jermaine Clement) quien pugnará por su venganza contra el agente K (Tommy Lee Jones) a través de un viaje al pasado donde logre matarlo para así dar rienda suelta a sus planes de invasión extraterrestre.
Mientras tanto la única solución posible a la latente amenaza se encuentra en las manos del agente J (Will Smith) quien deberá viajar al año 1969 para evitar los planes de Boris. Aquí es donde la acción se pone interesante y nos permite repasar la historia norteamericana con guiños hacia su idiosincrasia: el lugar de los hombres de color en los sesenta , la estética de la década son elementos que arrancaran sonrisas entre los espectadores.
Un rejuvenecido agente K (en la piel del parco Josh Brolin) será el encargado de acompañar al joven agente J por las oficinas sesentosas de los hombres de negro.
Luego la misión los llevará, en un sublime pasaje, a “La Fábrica” donde veremos el génesis de la cultura pop norteamericana en las instalaciones mismas del estudio de arte de Andy Warhol (interpretado por Hill Hader) en Manhattan.
Así las cosas asistiremos al verdadero origen del Viagra , el nacimiento del movimiento pop (su autentico origen) , la juventud de Mick Jagger y otros detalles mas relacionados a la historia personal de los protagonistas.
La tercer entrega de la saga levanta el nivel de su predecesora inmediata, sin llegar a recobrar los brillos y el humor ácido de la primera. De todas formas es una propuesta válida para recordar que los hombres de negro siempre estarán aquí para limpiar la escoria del universo.