A 22 años de la primer película de los Men In Black, llega esta nueva edición. Al haber transcurrido tanto tiempo entre esa adaptación y esta, uno como espectador puede preguntarse por qué ahora y si vale la pena.
El film es correcto, tiene buenos efectos y es lindo reencontrarse con un mundo que se creía casi en el recuerdo. Pero al no verlos a ellos dos, Lee Jones y Smith, no es lo mismo. Esto no quita que la dupla de Thompson y Hemsworth no sea buena, de hecho es interesante verlos trabajar juntos nuevamente; pero el condimento de la nostalgia es difícil de sobrellevar. Al menos nos reencontraremos con Frank the Pug y los Worms.
El reparto en general es agradable, reencontrando duplas, como comentábamos anteriormente. A Tessa Thompson y Chris Hemsworth, como en Thor. Y a Emma Thompson y Liam Neeson, como en Realmente Amor.
La trama despierta un interés en el espectador, pero por momentos se dispersa o incluso se torna un poquito evidente cómo proseguirá, al usar mecanismos ya vistos en otros largometrajes. Resalto que en determinado momento se apela al afecto, y esa secuencia en particular resulta una mezcla entre tierna y simpática. Los recursos del humor, resultan cómicos, especialmente al tratarse ciertas diferencias entre Estados Unidos e Inglaterra, dos países que se conectan en el film.
Claramente, retomar una historia de esta índole, no debe ser un proyecto sencillo, y supongo por eso tiene algunos detalles, que dejan a la película por la mitad. Pero siempre hay tiempo para prepararse para una segunda.