Chris Hemsworth y Tessa Thompson toman la posta para proteger la Tierra de la “escoria del universo”.
Con fines de reciclarse, la franquicia Men in Black (MIB) nos ofrece una cuarta entrega, dirigida por F. Gary Gray; y con el apoyo en la producción nada menos que de Steven Spielberg. Lo que nos da la pauta que la aventura y los efectos especiales serán elementos claves de la cinta, y claro la química que se da entre los nuevos agentes protagonistas: Chris Hemsworth y Tessa Thompson.
La sangre se renueva con el agente H y la agente M. Si, además de la agente O (Emma Thompson), llega otra mujer a MIB. Una mujer que a partir de una experiencia con un alienígena en su niñez, se obsesiona con el tema y con los hombres vestidos de negro que estuvieron en su casa. Inteligente e intuitiva, M encontrará la base secreta de los Men in Black, y gracias a su astucia se convertirá en uno de ellos.
Impulsada por sus ganas y la curiosidad conoce al agente H, el más popular del lugar, nada menos que por haber salvado al mundo dos veces. Lo ayudará en una misión aparentemente fácil que desencadenará en la más difícil de todas: encontrar al agente infiltrado dentro de la organización, aliado de la fuerza extraterrestre más hostil y peligrosa, La Colmena.
Hombres de Negro: Internacional, tiene la habilidad de despegarse de los argumentos de sus antecesoras, por lo que funciona de forma autónoma. La historia, bastante plana, se estructura a base de la acción y el sentido de aventura, con una dinámica que no nos da respiro. Estamos todo el tiempo sumergidos en viajes veloces e interestelares, luchas a punta de láser con parásitos alienígenas, intercalados con algún que otro gag cómico.
El mayor acierto de la cinta es convocar a nuestros Thor y Valquiria, que gracias a su química logran sostener un relato que no aporta demasiada originalidad, saturado de efectos digitales y con bastantes baches de guion. Vale aceptar también que la película entrega lo que promete: dos chicos carismáticos que se entretienen cazando extraterrestres, atravesados por la espectacularidad que nos suele brindar una súper producción de esta índole.