Parecido, pero no igual
Siendo apenas una niña, Molly presenció cómo los dos agentes que buscaban al alienígena escondido en su habitación le borraron la memoria a sus padres. Creció siendo considerada delirante por contar esta historia, pero nunca dejó de creerla cierta y dedicó veinte años para comprobarla. Podría haber entrado al FBI como una novata brillante en todos los campos, pero solo le interesaba formar parte de esa sección de la que nadie había oído hablar.
Su suerte cambió cuando su persistencia finalmente dio frutos. Rastreó una nave que acababa de aterrizar clandestinamente en la ciudad, dándole la chance de seguir a los agentes hasta su oficina secreta. Allí impresionó a la directora, lo suficiente como para tener una oportunidad de probarse en Hombres de Negro: Internacional con la identidad de Agente M (Tessa Thompson).
Sin darle detalles, la envía a investigar algunos problemas en la oficina de Londres, donde junto al Agente H (Chris Hemsworth) queda implicada en una trama de intriga intergaláctica que puede resultar en la destrucción del planeta.
Negro, Hombre de Negro
Si hay algo que suena a la primera película, tiene sentido. Nada mejor para presentar un universo extraño que introducir a un personaje nuevo, uno que accede a ver detrás de las cortinas que esconden a los aliens viviendo en la tierra, metiéndolo de lleno en una misión que parecía sencilla pero se complica a niveles globales. De esa forma comparte la ignorancia y, de alguna manera, es nuestro representante desde el otro lado, porque Hombres de Negro: Internacional tiene que hacer equilibrio entre continuar la serie y al mismo tiempo volverla a presentar para ese público que quieren atraer sin obligación de que hayan visto las tres películas anteriores.
Por lo tanto hay chistes y referencias a ellas, pero no hacen falta para entender lo importante de esta nueva historia, que es bastante simple y previsible pero no deja de ser entretenida. Hay algunos giros que se ven venir de lejos aunque pretendan esconderlos: sumaría que no los remarcaran tanto, o que al menos no repitieran detalles subestimando la atención o la comprensión del público, pero tampoco alcanza para arruinar el resto de la propuesta.
Se nota también la voluntad de hacer un cambio de tono respecto a lo previo. Aunque existe el choque entre la novata rígida contra el agente caótico y canchero, el componente de comedia buddy-movie queda un poco en segundo plano, haciéndose más importante la trama de espionaje internacional con un estilo que recuerda al Bond pre-Craig, con traficante de armas en una fortaleza mediterránea y todo.
Por suerte también abandona mucho de ese humor exagerado que aportaba Will Smith y que debería haberse quedado en el siglo pasado, reemplazado por otro un poco más sutil y visual. El guion tiene algunos agujeros y el CGI no es de lo más destacable, pero la buena química entre los protagonistas y una acción que no decae más que lo justo para explicar algunas cosas de la trama o los personajes, sostienen una propuesta que sin grandes pretensiones resulta entretenida. Hasta se permite tocar superficialmente la cuestión de género sin caer en el dramatismo ni en posturas fingidas o tribuneras como otros estrenos recientes.