El simpático conejito reparte más problemas que chocolate.
E.B. (con voz de Russell Brand) es el hijo del gran Conejo de Pascua (voz de Hugh Laurie) y heredero de la inmensa fábrica de dulces que tienen escondida en, convenientemente, la Isla de Pascua. Pero E.B. (siglas de Easter Bunny, Conejo de Pascua en inglés) no quiere seguir el legado familiar, sino que su sueño es triunfar en Hollywood como baterista. Por supuesto, su padre no aprueba esto, por lo que el joven escapa de Rapa Nui y va rumbo a Los Angeles.
Ahí conocerá a Fred (James Marsden), un adulto con serios problemas de maduración, vago, desempleado y permanentemente juzgado por su familia por su forma de vida. Lo más importante que le pasó fue en su niñez, cuando-asegura- vió al Conejo de Pascua esconder huevos por su barrio.
Su primer encuentro no es nada bueno, ya que el pobre E.B. es atropellado por Fred y, aprovechándose de la situación, se hace el herido para que le de alojamiento en la mansión que debe cuidar, propiedad del jefe de su hermana. Por supuesto que nada es fácil para el joven, ya que debe lidiar con los caprichos del conejo y, además, debe aceptar que el destino lo unió a un conejo parlanchín y baterista. No es poca cosa, ¿verdad?
Por otra parte, con la ausencia de E.B., la fábrica de la isla, que no tiene nada que envidiarle al hogar de Willy Wonka, se revoluciona, ya que Carlos (voz de Hank Azaria), el pollo asistente del padre conejo, intenta provocar una revolución para que sean las aves las que manejen las pascuas, rompiendo así una tradición milenaria.
Hop: Rebelde Sin Pascua cuenta una historia sencilla, más inclinada al público infantil que al joven-adulto. Su trama, muy similar a cualquier película de navidad, puede caer en lugares comunes, pero los transita con prolijidad. Uno no siente que ya vio esta película, sino que su frescura es la que domina la hora y media de cinta. Tal vez no tenga el humor de esas películas animadas llenas de guiños para adultos, pero los guiños están y son muy divertidos, como el delirante cameo de David Hasselhoff. De todas formas, eso no es lo importante, ya que como dijimos, Hop va apuntada a los más pequeños, y los más pequeños van a amar a E.B.
En tiempos en los que Pixar y DreamWorks dominan el mercado de la animación, es difícil que otra empresa se haga un hueco dentro de ese espectro. Por suerte, Illumination Entertainment logró con su primer película, Mi Villano Favorito, ocupar el lugar de “compañía en ascenso”, demostrando que hay cosas interesantes producidas por otra gente fuera de los dos megamonstruos. Con Hop, Illumination confirma que tiene intenciones de seguir creciendo, y de eso no hay dudas, ya que el simpático conejito llegó para quedarse y, sobre todo, para vender mucho, mucho merchandising.