Un conejo rebelde que garantiza una buena Pascua
Epoca infantil ideal para compartir este tipo de películas, la Pascua no registra tantos films infantiles como la Navidad, que ha tenido infinidad de películas sobre el tema. En esta ocasión, el estreno que nos convoca es el nuevo trabajo de Tim Hill, responsable de la primer "Alvin y las ardillas", lo cual a priori no es un buen dato (obviamente, fue muy floja). Digamos para quienes son habitués del cine para pequeños, que uno espera poco de este trabajo cuando entra a la sala. Afortunadamente, Hill se supera con "Hop". No vamos a decir que es un film, imprescindible, porque no lo es. Es una propuesta entretenida, liviana, y muy bien realizada desde el punto de vista técnico. Me inclino a pensar que superior, en trabajo de ensamble de actores y animación, a "El oso yogui", por ejemplo. Los conejos y los pollitos que desfilan en esta realización tienen un nivel de detalle muy bueno y el ambiente en el cual se desarrolla la acción (mezcla entre humanos y personajes animados) está bien presentado. Volviendo al eje de la cuestión, de los varios estrenos que he visto en este año, debo decir que me sorprendió gratamente. Me reí en alguna circunstancia y la banda de sonido, debo reconocer que me atrapó. Un conejo rocker que sale de lo tradicional en este tipo de películas, parece en esta oportunidad una señal de aliento para Illumination Enterteinment (creadores de la simpática "Mi villano favorito") en su camino hacia convertirse en una sólida y prestigiosa compañía en el género.
"Hop" parte de la creación de un mundo donde un grupo de conejos esperan todo el año su momento: la Pascua. Ibby es uno de ellos, pero el más importante: debe ser el encargado de ser el "conejo de Pascua" del año, es decir, ser como Santa Claus en las miles de versiones que vimos, es quien reparte los huevos en una especie de trineo mágico. En este caso, Ibby debería hacer lo mismo que Papá Noel, ser el centro de la atención en ese momento tan importante pero... No le interesa. Quiere ser otra cosa. Le gusta la música (y es bueno en eso), toca la batería y se resiste a aceptar el mandato familiar. Enojado porque tiene la designación para la tarea y no quiere hacerla, nuestro protagonista se escapa de su mundo (risueña llamada a la "Isla de Pascua"!) y decide ir hacia la tierra donde los sueños se hacen realidad: Hollywood. Allí, dará con un joven en Beverly Hills, Fred (James Mardsen) quien tiene los mismos problemas: su familia no tolera su indefinición para encarar su futuro laboral. Digamos, son historias gemelas. Lo interesante de la historia, es como refuerza doblemente, este mensaje de los niños que no "encajan" con las aspiraciones de sus padres. En esa dirección, la cinta gana porque el conflicto que los une, es genuino y se ve real: a nadie le gusta hacer necesariamente lo que nuestros padres dicen, más si nuestra vocación pasa por otro lado...
Dentro de los puntos altos del film, se encuentra la música que Ibby toca, canciones súperclásicas y pegadizas y música ambiental excelente. El film transpira ese aire de rock y por más que el centro sea un conejo de Pascuas, logra transmitir su ritmo con relativa precisión.
Hay algunas cosas más que merecen destacarse, como un cameo de David Hasselhoff o la participación de los "Blind Boys" de Alabama, notas que le dan un colorido singular a la propuesta.
Dentro del poblado universo del cine para los más chiquitos de la familia, es un producto aceptable y un saludable cambio de dirección de Tim Hill, de quien esperamos muchas más ideas en este sentido (y no en el de Alvin)... Aceptable y familiar, cine potable para compartir en familia, sin mayores expectativas.