Todo transcurre en un garage, donde los espectadores van viendo la vida cotidiana de un empleado llamado Bernardo “Nardo” Talavera que se encuentra día y noche trabajando en ese lugar, un ambiente cerrado por momentos asfixiante, vamos conociendo los distintos personajes que van pasando por el lugar y la rutina de trabajo de este hombre (Manuel Vicente, una buena interpretación a pesar de un guion austero). La película se encuentra llena de detalles y otras explicaciones que se brindan a través de la voz en off de Marcelo Cohen. Tanto relato ante una historia que podría resultar poco atractiva, a medida que corren los minutos se va perdiendo el interés y puede ser aburrida.