Esta es una película de acción que narra una historia real: un barco a punto de naufragar, en estado calamitoso (hay que verlo para comprenderlo) tiene que ser rescatado. Para más inri, como dicen los españoles, hay una tormenta, no tienen luz, es de noche y el mar no está como para un día de playa. Es decir, todos los elementos de rigor cuando se trata de aquel viejo cine catástrofe. Una película de aventuras donde, claro, hay muchos efectos especiales, pero donde lo que más cuenta es lo que hacen los personajes, especialmente Chris Pine (que se viene ganando el lugar de estrella de acción desde Star Trek) y Casey Affleck, que es un perfecto actor dramático en cualquier circunstancia. Ellos dos y el resto del elenco hacen que la película supere el estadio de la hazaña técnica y sea aquello que pedía Hitchcock: el puro melodrama de los hombres en peligro. Aún cuando a veces parece un poco lenta en sus descripciones, cuando el drama del movimiento se desata no nos deja indiferentes.