Bajo el techo de producción de Disney y en el marco de una historia basada en hechos reales, The Finest Hours puede resultar una aventura de superación común y corriente, pero es tarea del director Craig Gillespie (Lars and the Real Girl) separarla del resto.
Gillespie no es ajeno al estandarte de Disney en cuanto a historias que elevan los espíritus de la platea. En 2014 presentó Million Dollar Arm con Jon Hamm como protagonista, pero el giro esta vez hace que los sucesos reales sean más vistosos y excitantes que un agente de talentos deportivos buscando a su próxima estrella. El año es 1952 y, en medio de una tormenta que deja varado en alta mar a un tanque petrolero, un grupo de la Guardia Costera decide enfrentar al destino y al turbulento mar para salvar a los hombres que pueden perder la vida de un momento a otro. En papel, la trama puede resultar convencional y trillada, pero en manos de Gillespie, supone una aventura emocionante y muy tensa. Es increíble que un diminuto grupo sea capaz de una hazaña tan grande y hasta puede resultar increíble, pero cosas aún más extrañas han pasado y las creemos.
La clave es tener buena fe y alma, y eso The Finest Hours lo tiene de sobra. Gran parte de ese resultado es las interpretaciones pilares de la película, por un lado el héroe de Chris Pine, que lo deja todo para salvar a los hombres en el mar, y Casey Affleck como uno de dichos hombres en la trampa marítima. Entre uno y otro hacen acopio de fuerzas con una situación que los desborda, sobre todo en el caso del segundo, que enfrenta la precariedad de su futuro con todo el empeño que su cuerpo y mente le permiten. En el caso de Pine, ya ha demostrado que es un brillante actor al que le sientan los protagónicos, pero su papel en la odisea se ve empañado por otras circunstancias.
No hay mucha sorpresa en una historia real de un rescate, todos sabemos para donde apunta la finalidad de la película, pero eso no le impide a su director entregar secuencias visuales fascinantes y abrumadoras. Para paliar tanto drama, el costado romántico del film aflora en la relación entre Pine y Miriam, el personaje de Holliday Grainger. Ellos hacen una linda pareja, pero demasiado tiempo se enfoca la trama del romance cuando hay hombres peleando por su vida en el mar. La combinación no es del todo recomendada, cuando lo que sobresale es el protagonismo de la nave a punto de sumergirse en las gélidas aguas marinas.
The Finest Hours puede ser un producto Disney algo masticado desde su guión, pero tiene varias secuencias que enervan los sentidos y un elenco joven que está a la altura de las circunstancias.