La tormenta imperfecta.
Irremediablemente, The Finest Hours debe compararse con La tormenta perfecta, aquella gran película que supo tratar con excelencia narrativa un tema muy similar, sino igual. En ese sentido debe decirse que la propuesta de Disney, a pesar de apelar a un reparto de lujo, está muy por debajo del drama trágico que supieron protagonizar en su momento George Clooney y Mark Wahlberg. En cualquier otro sentido, si bien no es de lo peor en su género, creo que está por debajo del promedio.
Quienes busquen la intensidad emocional que supo brindar La Tormenta Perfecta deberán moderar sus expectativas, porque The Finest Hours fracasa en generar un vínculo entre los protagonistas y el espectador, no por falta de mérito actoral sino por poseer un guión deficiente e insulso. La historia está pésimamente estructurada y hace más hincapié en la escenificación permanente de la catástrofe que en construir un argumento. Como resultado, avanzada la película uno se resigna a ver imágenes impactantes sin que en realidad le importe o no lo que pase con los personajes involucrados. La dirección y la edición también son malas, y por momentos las transiciones resultan demasiado bruscas.
El único punto saliente de la película son las actuaciones de Chris Pine y Ben Foster, a diferencia de la de Casey Affleck, quien sinceramente no genera ningún tipo de magnetismo con un personaje que podría haber dado para mucho más. The Finest hours es en definitiva una película rápidamente olvidable, interesante desde lo temático, pero mal ejecutada cinematográficamente. No es para recomendar.