Una historia de otra época
A Hollywood le encantan las películas de rescate. Más aún si están basadas en hechos reales y con seres humanos heroicos que se enfrentan a situaciones extremas para salvar vidas. Cuando salen bien pueden ser muy entretenidas por sus escenas de acción impactantes y por la empatía que generan los personajes.
Horas contadas, de Craig Gillespie, suma puntos en el aspecto visual, con buenas escenas de tormenta marítima realizadas con efectos digitales y la dirección de fotografía de Javier Aguirresarobe (Los otros, Blue Jasmine), pero pierde en el poco desarrollo de los personajes.
Basada en un libro de Michael J. Tougias y Casey Sherman, que cuenta la historia del rescate, en 1952, del barco SS Pendleton, en medio de una tormenta en la costa de Nueva Inglaterra, la película tiene como protagonista a Ben Weber (Chris Pine), un tímido miembro de la Guardia Costera de Chatham, en Cabo Cod. Su historia de amor con Miriam (Holliday Grainger) es central hasta que Ben debe ir a rescatar un barco que se está hundiendo, en condiciones climáticas que indican que es muy probable que no logre volver. Recién entonces es cuando la película se torna más entretenida.
Pero así como Ben no despierta demasiado interés, sucede todo lo contrario con el personaje de Casey Affleck, ingeniero de la tripulación del Pendleton. Hasta tal punto que, en medio del rescate, casi comparte el protagonismo con Pine; la diferencia entre ambos protagonistas y el talento de los actores que los interpretan se vuelve entonces más pronunciada.
Con aire de película de otra época, Horas contadas tiene su encanto, aunque se hubiese beneficiado con guión más trabajado que la podría haber transformado en algo más que una historia curiosa de un rescate improbable.