Hombres de mar
Horas contadas (The Finest Hours) es la clase de película que convirtió al cine norteamericano en una garantía de buen cine. No es una obra maestra, pero tiene más corazón y narración que el promedio del cine mundial. Destinada a ocupar esa línea por debajo de los grandes tanques pero por encima del cine independiente, Horas contadas se podría llamar cine mainstream de la segunda línea. Una buena historia, una historia extraordinaria, narrada con mucho más que oficio y con una solidez que una vez más hay que insistir es la marca del mejor cine del mundo: el norteamericano.
Horas contadas transcurre en 1952 y cuenta la historia de dos grupos. Los que están en el mar y los que están en la costa. Los del mar son la tripulación de un buque petrolero que se ha partido al medio por la más terrible tormenta que se haya desatado cerca de las costas de New England. Los sobrevivientes quedan con un ingeniero de máquinas Ray Sybert (Casey Affleck) como líder del grupo, tratando de encontrar la manera de sobrevivir en un barco al que le quedan horas antes de hundirse. Obviamente el grupo tiene diferencias y cada decisión puede ser la última. Por otro lado, en la costa, un contramaestre de la Guardia Costera Bernie Webber (Chris Pine) se enfrenta al desprecio de todos por una tragedia ocurrida un año atrás. Su prometida, por otro lado, ignora el motivo por el cual es despreciado pero pronto lo averiguará. Cuando alguien deba realizar una misión suicida para intentar rescatar a los tripulantes del barco, está claro quién será la persona al frente del rescate.
Segundas oportunidades, profesionales en peligro, camaradería, coraje, moral heroica. Como si fuera un manual de cómo recrear el mundo del director Howard Hawks, Horas contadas posee todos los elementos del director de Solo los ángeles tienen alas y ¡Hatari! Los dos líderes del conflicto en los dos lugares son dos personajes enormes, cada uno a su manera. Es impresionante la actuación de ambos, pero en particular la de Casey Affleck, que realmente parece salido de otra época de la historia del cine. No hace falta aclararlo, pero todos los secundarios son brillantes. Y la prometida de Webber, Mirian (Holliday Grainger), que como una Jean Arthur contemporánea no acepta el rol normativo que los códigos sociales le quieren imponer.
La técnica cinematográfica permite que la tormenta, el barco y todo lo complejo que tenía el desafío formal se vea perfecto, pero el mérito está en la construcción del relato, en los personajes, en los héroes y el camino que realizan a lo largo de las dos horas de película. Horas contadas es completamente efectiva y emocionante a la vez. Una clase de cine que está en minoría pero no completamente aislado. Si de aventuras marítimas se trata también llegó hace un par de meses En el corazón del mar, una película con la cual Horas contadas tiene muchos puntos en común, más allá del océano. Horas contadas es la película ideal para ver justo al final de la temporada del Oscar y empezar a anotar cuales serán las películas que la Academia ni se entera que existen.