Horas desesperantemente vacías
Katrina no ha generado películas de cine catástrofe, tal vez porque la tragedia pesó demasiado en el público norteamericano como para que algún productor hollywoodense se atreva a convertirla en algún tipo de entretenimiento cinematográfico. Apenas se puede señalar la excelente "Un maldito policía en Nueva Orleans", donde el talentoso director Werner Herzog hacía que el corrupto policía que interpretaba Nicolas Cage apareciera en algunas locaciones que aún mostraban claras señales de la catástrofe ocurrida años atrás.
Pero este film sí transcurre casi totalmente en el momento en el que el huracán convirtió a Nueva Orleans en una zona desolada. El problema de esta producción protagonizada por el recientemente fallecido Paul Walker, conocido por la saga de "Rápidos y furiosos" -que aquí fue uno de los productores- es que ni siquiera intenta el desafio de plasmar la catástrofe en toda su dimensión, sino que por una cuestión de presupuesto (y sin duda por una gran limitación a nivel conceptual) centra todo su argumento en el drama de un hombre encerrado en el interior de un hospital por muy especiales circunstancias personales.
Walker interpreta un papel que no tiene nada, pero nada, que ver con los autos veloces de las películas que lo hicieron famoso. En "Horas desesperadas", es un hombre que ha perdido a su esposa (Génesis Rodríguez, la hija del "Puma" Rodríguez) cuando ella daba a luz a la primera hija de la pareja. El protagonista apenas se sobrepone a la pérdida de su esposa cuando se da cuenta de que todo el hospital está siendo evacuado por el huracán, y que su hija recién nacida no podrá irse de ahí fácilmente debido a que está en una incubadora. Abandonado por todos, el protagonista se queda en la habitación junto a la beba tratando de darle cuerda al dínamo de una vieja batería que anda mal, y que le deja un espacio de menos de dos minutos para tratar de buscar algún insumo que le pueda ser útil en el edificio.
Esta premisa no se sostiene bien durante los 90 minutos que dura el film, especialmente porque el guión dista de estar bien concebido, al punto de que tiene largas escenas con Paul Walker hablando solo, o lo que es casi lo mismo, hablándole a la recién nacida que está dentro de la incubadora. A cada rato hay algún flashback metido un poco a la fuerza para incluir escenas con Génesis Rodríguez, y de vez en cuando aparece en el hospital algún maleante o personaje desesperado en busca de comida o drogas para darle algo de acción a este asunto que hace agua por todos lados.