Todo por mi hija
Estrenada en Estados Unidos apenas un par de semanas después del fallecimiento de Paul Walker, Horas desesperadas podría pensarse como el primer eslabón del actor con el fin de trocar su imagen de héroe de acción a otra de “actor serio”. Debe reconocerse que su trabajo como padre atribulado dispuesto a todo por salvar a su hija es más que digno. ¿El resto? Apenas un thriller inicialmente eficaz que con el correr de los minutos se diluye.
El protagonista de la saga Rápido y furioso es aquí un abnegado esposo y futuro padre de una niña que nacerá justo el día que el huracán Katrina azote Nueva Orleans. Esa tragedia general estará acompañada de otra particular (la muerte de la mujer durante el parto), dando comienzo así a las horas del título: con el hospital evacuado y sin suministro eléctrico, él deberá accionar una manivela cada tres minutos para cargar la batería del respirador de su hija.
Horas desesperadas va de más a menos, presentando con soltura e intriga los distintos eslabones de la trama. Pero a medida que avancen los minutos y se acorte la vida útil de la batería, el film empieza a romper su propio verosímil paseando a Walker por todo el hospital y volviendo siempre a tiempo, además de incluir una serie de flashback sobre la relación de la pareja que aportan poco y nada al thriller inicialmente que era. Una lástima.