UNA TRAGEDIA ECOLÓGICA Y CINEMATOGRÁFICA
El film narra en detalle los pormenores que llevaron a que se produjera ese accidente, que más allá del monumental daño ecológico, dejó once muertos pertenecientes al personal de la plataforma. Ahora bien, si alguien desconociera en absoluto la historia que cuenta el film, a los cinco minutos de comenzado, ya sabría que iba a suceder algo tan espantoso como lo que en verdad pasó.
La “tensión dramática”, que colisiona directamente con lo obvio y esperable, no hace más que aumentar, incluso sobre los larguísimos minutos (siglos en realidad) de monolíticos diálogos, protagonizados por más monolíticos actores, en que se intentan construir a los personajes. Esa construcción, absolutamente fallida, los convierte a cada uno en maquetas en donde se concentran todo del bien y todo el mal, encarnándose, aunque bien podríamos decir encarnizándose en un alto ejecutivo de la BP, que saltándose todos los códigos de seguridad y los consejos de los técnicos que operan la plataforma, exige la máxima prestación de la plataforma, claro está, con el único fin de producir.
Todo entonces ya está planteado y hay que sentarse, bueno a todo esto uno ya hace más de una hora que está sentado, si no es que se durmió y esta despatarrado debajo de su butaca.
Los buenos terminaran siendo mucho mejor de lo que esperábamos y los malos no, ya sabemos que de los malos nunca podemos esperar nada. Como de este film, del que solo nos queda esperar se nos pase la tremenda amargura de la perdida de ese tiempo que a cada rato nos queda menos.
HORIZONTE PROFUNDO
Deepwater Horizon. Estados Unidos/Hong Kong, 2016.
Dirección: Peter Berg. Intérpretes: Mark Wahlberg, Kurt Russell, Kate Hudson, Gina Rodriguez y John Malkovich. Guión: Matthew Michael Carnahan y Matthew Sand. Fotografía: Enrique Chediak. Música: Steve Jablonsky. Edición: Gabriel Fleming y Colby Parker Jr. Diseño de producción: Chris Seagers. Distribuidora: Alfa Films. Duración: 107 minutos.