“Horizonte profundo”: tragedia en el corazón del golfo
El 20 de abril de 2010 la plataforma petrolera Deepwater Horizon explotó por los aires. Esta avanzada plataforma semisumergible de aguas ultraprofundas perteneciente a la compañía Transocean –alquilada en ese momento por la British Petroleum– se encontraba taladrando el pozo de petróleo Macondo, en el golfo de México, a 80 kilómetros de la costa de Louisiana.
De repente tuvieron un violento quiebre, causado por bolsas de metano inestable que salieron disparadas por las tuberías. Para que se den una idea de lo que estamos hablando, la función de la Deepwater Horizon era perforar los pozos en el subsuelo marino mientras que la extracción (petróleo o gas) la realizaba por otro equipo. Los peligros de este trabajo son encontrarse, por ejemplo, con bolsas de gas explosivas.
Ninguno de los sistemas de emergencia funcionó correctamente y rápidamente el gas disparado hacia la superficie encontró la forma de prenderse fuego y provocar una tremenda explosión. El saldo fueron 11 personas muertas (nunca se encontraron los cuerpos), 55 días de derrame continuo de petróleo –mezclado con una pequeña parte de metano– en el mar, que se estiman equivalentes a 4.9 millones de barriles.
Teniendo en cuenta también los daños al ecosistema, esta tragedia está considerada como el mayor derrame de petróleo de la historia. Qué fue lo que pasó, cómo se inició el accidente y algunas dudosas decisiones de los ejecutivos de la compañía son los que se analizan en “Horizonte Profundo” (Deepwater Horizon, 2016).
La historia se cuenta a través de los ojos de Mike Williams (Mark Wahlberg), técnico en jefe de electrónica de la plataforma que llega tras unos días de estar con su familia. Con él arriban “Mr” Jimmy (Kurt Russell), gerente de instalación marítimo, y Andrea Fleytas (Gina Rodriguez), oficial sustituta de posicionamiento dinámico, encargada de que la Deepwater Horizon mantenga su posición por encima del pozo.
En estos tres personajes recae el peso dramático de relatar lo que pasó, ya sea con Williams especificando en un momento todas las fallas o problemas que tiene la plataforma, o Mr. Jimmy enfrentándose a los directivos (uno de ellos encarnado por John Malkovich) para que se realizan todas las pruebas de seguridad pertinentes; o Fleytas y las decisiones cruciales de qué hacer una vez ocurrida la explosión.
Algo fabuloso de este largometraje es el nivel de compromiso y detalle que tiene, de hecho se construyó una plataforma petrolera en donde se filmaron la mayoría de las escenas (está considerado el mayor set jamás construido para una película). Pero a la vez, le quita un poco de alma a la historia. Es que Peter Berg, el director, de repente se encuentra en una encrucijada: al ser una historia verídica le da ese halo de seriedad y solemnidad que requiere un hecho trágico en que murieron personas; entonces el personaje de Mark Wahlberg queda automáticamente contenido y no puede transformarse en un “superhéroe” de repente, porque no hace al tono del film.
Acá es donde “Horizonte Profundo” pierde su rumbo. No es una obra del género cine catástrofe, ni este hecho parecería ser tan importante –más allá de los Estados Unidos– como lo fue, por ejemplo, el 11S. Lamentablemente “Horizonte Profundo” no explora en el lugar indicado y difícil es que logre hallar lo que pretende.