La explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon, en 2010, fue una de las grandes catástrofes ecológicas de nuestro tiempo. La película, dirigida por Peter Berg -el de Battleship, con Rihanna-, reconstruye lo que pasó con las herramientas del cine catástrofe de manual, animado por el homenaje a las víctimas: en su mayoría, trabajadores.
Mike Williams (Mark Whalberg), uno de los sobrevivientes, era el encargado de mantenimiento, y como otros colegas, notaba que algo estaba funcionando mal, aunque los codiciosos directivos de la empresa no quisieran escucharlos. La larga primera parte de Horizonte Profundo se va entre diálogos técnicos de los que entendemos poco y nada, a menos que sepamos de mecánica e ingeniería. La espectacularidad llega con el desastre y la posterior operación de rescate.
Para entonces, el espectador está tan preparado para lo peor como los protagonistas, pero bastante más aburrido. Como denuncia, Horizonte profundo se limita a marcar las tensiones entre laburantes y patrones de manera bastante obvia y gruesa. Como película de recuerdo y tributo, se parece demasiado al cine pochoclero de entretenimiento puro. De todas formas, y con el aporte de su elenco -Kurt Russell, John Malkovich-, no es un mal exponente del género.